Con las ventajas y desventajas que cada candidato tiene en su experiencia política y con sus propuestas programáticas para dirigir los destinos de Colombia en los próximos cuatro años, serán los insumos para sumar o perder votos con miras a llegar a la Casa de Nariño.
Los resultados de las elecciones de este domingo reflejan que la realidad política de Colombia es de polarización entre dos modelos de país, uno desde la derecha y otro desde la izquierda, pero con una franja ciudadana en el intermedio, que es crítica a los dos candidatos presidenciales que irán a segunda vuelta.
Los dos grandes ganadores son el derechista Iván Duque, que logró el 39.15 por ciento de los votos, seguido por el candidato de izquierda, Gustavo Petro, con un 25.9 por ciento, de un total de 19 millones 336 mil votos, de acuerdo con el resultado oficial de la Registraduría General de la Nación.
Duque, apoyado por losexpresidentes Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) y Andrés Pastrana (1998-2002), que logró atrapar a los electores conservadores con la candidata a la vicepresidencia Martha Lucía Ramírez, es sin duda el que tiene la mayor opción de ganar en la segunda vuelta electoral el próximo 17 de junio.
Petro, por su parte, logró mover, con su lema Colombia Humana, a una franja de electores de sectores populares, de izquierda y jóvenes que no creen en los partidos políticos y buscan un cambio de fondo en la conducción de este país de 50 millones de habitantes.
Sergio Fajardo, un candidato de centro-izquierda, perdió el boleto a la segunda vuelta por 250 mil votos, pero dejó un registro electoral del 23.7 por ciento, que significa más de cuatro millones 589 mil sufragios.
Fajardo, exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia, logró votos de un pequeño sector de izquierda, del partido Verde, que se perfila como nueva colectividad en el espectro nacional, el movimiento independiente Compromiso Ciudadano, fundado por el candidato y una amplia franja de opinión, de lo que se conoce como el voto libre.
Este candidato reunió a esa gran masa de colombianos que tienen miedo a un regreso al poder de Uribe Vélez, detrás de Duque, y otros sectores que temen una presidencia de Petro, por su modelo económico y político, que es claramente antisistema.
Fajardo perdió en votos pero ganó en proyección política, si se tiene en cuenta que es un político de 62 años de edad, que no genera miedos en la sociedad colombiana, que tendrá que definir entre dos posiciones políticas totalmente antagónicas: derecha o izquierda.
Los dos candidatos que disputarán la presidencia de Colombia ya hicieron en sus discursos de la noche anterior guiños a Fajardo, valorando sus propuestas de educación y lucha a fondo contra la corrupción, porque la votación que recibió este profesor de matemáticas será decisiva para un triunfo hacia la Casa de Nariño.
Pero lo que se espera es que Fajardo no va a orientar a su electorado y lo que va a hacer es que entregará una serie de elementos al debate, pero dejará que el elector defina de forma libre y a conciencia su voto el 17 de junio.
En este escenario los 4.5 millones de electores de Fajardo se van a dividir de la siguiente forma: los que temen el regreso de Uribe Vélez a través de Duque, se irán con Petro y los que tienen miedo de un gobierno de izquierda encabezado por Petro se pueden ir con Duque, y otra parte se abstendrá o votará en blanco.
En esta situación el candidato de la derecha tiene un alto porcentaje de ganarle a Petro, pero no la tiene totalmente definida, y va a depender de los debates que se realizarán en estas dos semanas en donde destacarán tres temas esenciales: Defensa de los Acuerdos de Paz con las exguerrillas de las FARC, la lucha contra la corrupción y la situación de Venezuela.
Duque reiteró que modificará el Acuerdo de Paz con las FARC, en puntos como participación en política y la justicia transicional, que son la médula del pacto firmado en noviembre de 2016 en Bogotá, después de cuatro años de negociación en La Habana, Cuba.
En el tema de la lucha contra la corrupción, Duque dijo en esta campaña que luchará a fondo contra este fenómeno, pero el problema que tiene es que cuenta con el apoyo de sectores políticos claramente comprometidos con delitos de corrupción, lo que puede poner a pensar a más de un elector independiente.
Mientras que Petro, un militante del otrora grupo rebelde M19, es un defensor a fondo del Acuerdo de Paz y ha planteado que los cumplirá, pero además aseguró que gobernará con la Constitución de 1991, que fue esencial para poder avanzar en las posibilidades de negociación política para resolver el conflicto armado con las FARC.
Cuando estuvo en el Congreso, Petro fue quien lideró las denuncias contra la corrupción en la clase política, sus vínculos con los grupos paramilitares de extrema derecha, una actitud que es reconocida por sirios y troyanos en este país sudamericano.
Con las ventajas y desventajas que cada candidato tiene en su experiencia política y con sus propuestas programáticas para dirigir los destinos de Colombia en los próximos cuatro años, serán los insumos para sumar o perder votos con miras a llegar a la Casa de Nariño.