El Papa Francisco, ya en Perú, tras su estancia en Chile, se reunió con los pueblos de la amazonia, y recordó la obligación que tenemos de cuidar la Casa Común, lo que no tiene otro fin que “la defensa de la vida”. Así denunció la devastación a causa de un neo extractivismo y otra devastación paralela, es la trata de personas, traducida en mano de obra esclava o en abuso sexual, y mencionó que “la violencia contra las adolescentes y las mujeres es un clamor que llega al cielo”.
Señaló que hoy, como hace 5 siglos hay grandes abusos contra los pobres, y pidió proteger a aquellos indígenas en aislamiento voluntario, que viven alejados aún de sus propias etnias. Indicó que los pueblos originarios nos recuerdan, que “no podemos disponer de los bienes comunales al ritmo de la avidez y del consumo”.
Externó su preocupación por el aumento de las enfermedades en la región, “asusta el silencio porque mata”, y reclamó políticas de prevención para los habitantes de la zona, con profesionales de la salud de las propias etnias, para atenderlos desde la propia cosmovisión.
“Y como lo he expresado en Laudato si´, una vez más es necesario alzar la voz a la presión que organismos internacionales hacen a ciertos países para que promuevan políticas de reproducción esterilizantes”, sentenció el Papa, y agregó, “estas se ceban de manera más incisiva en las poblaciones aborígenes. Sabemos que se sigue promoviendo en ellas la esterilización de las mujeres, en ocasiones con desconocimiento de ellas mismas”.
Reiteró lo dicho por sus interlocutores en el Encuentro, que la familia “ha sido la institución que más ha contribuido a mantener nuestras culturas”, y subrayó que el perder una cultura “puede ser tanto o más grave que perder una especie animal o vegetal”, por lo que llamó a que estas culturas tengan un dinamismo, así la escuela y la educación de estos pueblos deben ser una prioridad del Estado, en un marco en el que se valore su cultura como un bien de toda la nación, e incluyó en este esfuerzo también, el trabajo de los obispos.
Su Santidad invitó a los miembros de estos pueblos a que “se autodefinan y nos muestren su identidad”. Además les llamó a que “no sucumban a los intentos que hay por desarraigar la fe católica de sus pueblos… La Iglesia no es ajena a vuestra problemática y a vuestras vidas, no quiere ser extraña a vuestra forma de vida y organización. Necesitamos que los pueblos originarios moldeen culturalmente las iglesias locales amazónicas”.
Les pidió que ayuden a sus obispos y misioneros a que sean uno con ellos, para poder plasmar una Iglesia con rostro indígena y recordó que con ese fin convocó al Sínodo para la Amazonía en 2019.
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