Una mina de oro en el estado Bolívar, en Venezuela, fue el escenario de un presunto enfrentamiento entre militares e integrantes de bandas que buscan el control de minas, dejando como resultado 18 civiles muertos (una mujer y 17 hombres) quienes, de acuerdo a la versión del Ejército, pertenecían a un grupo armado que mantenía el control de la zona, versión que ha sido cuestionada, entre otros, por el diputado opositor, Américo De Grazia, quien observó que ningún soldado resultó herido.
En el supuesto enfrentamiento, ocurrido en la mina Cicapra de Guasipati el sábado, la 51 Brigada de Infantería de Selva, a cargo de la operación, informó que fueron incautados cinco fusiles, siete pistolas, tres revólveres, una escopeta y dos granadas. El gobernador de Bolívar, Justo Noguera, al confirmar la noticia se limitó a decir que “sí, hubo un ataque contra una comisión militar que estaba ejerciendo labores de soberanía”.
El diputado Americo De Grazia indicó en su cuenta de Twitter que familiares de los fallecidos aseguran que “murieron con tiros en la cabeza”, motivo más que suficiente para profundizar en la investigación, y calificó que las masacres son una política del Estado de la narco dictadura.
La agencia Reuters informó que Mixae Vera, hermana de Geovanny Vera, de 34 años, una de las víctimas afirmó que las víctimas estaban en la zona “buscando el pan de cada día”. “Haciendo esto lo que consiguieron fue la muerte, primera vez que entraban a ese sector buscando el pan de sus hijos y lo que consiguieron fue la muerte en esa masacre”, añadió.
Por otro lado, según el periódico local Efecto Cocuyo, el diputado de la Asamblea Nacional, Rachid Yasbex, dijo que “los familiares alegan que ninguna de las personas fallecidas tiene prontuario (policial). Algunos son mineros y otros comerciantes”.
