El colectivo Mujeres Libres y Soberanas exigió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alejarse de ideologías impuestas por grupos radicales y dar marcha atrás en el caso denominado “Beatriz vs El Salvador”, pues, claramente, es contrario a los tratados internacionales vinculantes para la mayoría de países en América Latina.
El colectivo femenino informó que la CIDH escuchará en audiencia el próximo 22 y 23 de marzo el caso “Beatriz vs El Salvador”, caso que dijeron fue impulsado por grupos feministas radicales –como Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil); Ipas; Agrupación Ciudadana por la despenalización del aborto, terapéutico, ético y eugenésico– que quieren utilizar estos casos para que el aborto sea reconocido como un derecho a pesar de que no lo es.
Mujeres Libres y Soberanas exigieron que los jueces de la CIDH no usen el caso de dos mujeres salvadoreñas muertas para impulsar e imponer el aborto como un derecho en el continente americano.
A través de un comunicado, el colectivo femenino destacó que “la Convención Americana sobre Derechos Humanos, documento fundacional del Sistema Interamericano, no reconoce al aborto como un derecho, pues no lo es; en cambio sí reconoce el derecho a la vida desde la concepción (Art. 4) y el derecho a la salud (Art. 10 del protocolo adicional)”.
Marcela Errecalde, activista argentina y vocera del colectivo Libres y Soberanas, explicó que “Beatriz, mujer salvadoreña de escasos recursos, padecía lupus y tuvo a su primer bebé en 2012, con los cuidados necesarios proporcionados ya que su embarazo era de alto riesgo, dio a luz y se convirtió en madre. En 2013 queda embarazada, pero descubren que su beba tiene anencefalia”.
“La verdad es que Beatriz tenía un embarazo de alto riesgo –por su cuadro clínico de lupus–, pero con la atención médica adecuada podía seguir con su embarazo. Y así fue, Beatriz dio a Luz a su beba a quien nombró Leilani. La recién nacida vivió unas cuantas horas debido a su condición de anencefalia. Beatriz recuperó su salud y siguió adelante con su vida, pero cuatro años más tarde sufrió un accidente de motocicleta y murió a causa de las lesiones”.
Errecalde insistió en que “la vida de Leilani no tuvo menor valor por su condición de anencefalia. La muerte de Beatriz fue por un accidente que no tiene ninguna relación con el parto de Leilani cuatro años antes”.
Por su parte, Pilar Vázquez, vocera mexicana del movimiento femenino, reconoció que el Salvador cumplió y otorgó a Beatriz y a Leilani la protección de sus derechos. “Las dos tuvieron acceso a cuidados médicos de acuerdo con su diagnóstico médico”.
La activista pidió solución a los verdaderos problemas que afectan a las mujeres de la región, como: violencia, inseguridad, falta de atención a la salud integral, poco acceso a la educación, pobreza, trabajo no equitativo, maternidad sin protección, falta de oportunidades para las jóvenes, entre otros.
Culminó afirmando que “el aborto es violencia contra la mujer y no es un derecho reconocido en el marco del derecho internacional. Los jueces de la CIDH deben apegarse a su mandato y reconocer el primer derecho de todos los habitantes de nuestro continente americano, el derecho a la vida”.
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