El arzobispo de Mérida, el cardenal Baltazar Porras Cardoso alzó su voz en nombre de Venezuela en Italia: “para salir de este régimen se necesita, tan pronto como sea posible, un gobierno de transición nacional, que adopte medidas de emergencia y convoque elecciones democráticas”.
Estas contundentes palabras del cardenal se oyeron en el evento “Venezuela muere entre silencio y mentiras”, que se llevó a cabo en el Teatro del Seminario de S. Fortunato, el pasado viernes 30 de junio en la ciudad de Rímini; por iniciativa de la Misión Diocesana, el párroco Don Aldo Fonti y del obispo de Rimini, monseñor Francesco Lambiasi.
“El ejecutivo se ha convertido en un verdugo del pueblo y en un tirano”, denunció el cardenal y explicó que el venezolano está pidiendo a gritos un cambio urgente de gobierno, “para no continuar muriendo en las calles como consecuencia de la brutal represión, o por el hambre y la falta de medicinas, o por la corrupción y la incapacidad del gobierno”.
Para el cardenal Baltazar Porras la crisis que vive Venezuela ya tiene rasgos de emergencia humanitaria, típica de un período de postguerra. “Necesitamos apoyo internacional para afrontar la emergencia, para liberar a todos los presos políticos, abrir las puertas a los exiliados, reactivar la economía y fomentar un nuevo espíritu de democracia”, puntualizó y explicó que nada de esto sería posible si se llega a instalar una nueva dictadura militar o si se llegan a realizar elecciones y resulta ganador un candidato débil de un solo sector.
El alto prelado venezolano señaló que el país necesita cuanto antes un “gobierno de transición verdaderamente plural, con la participación de personas con honor e inteligentes, unidos en torno a un programa político para la salvación del país. Cuanto más se espere, más grave y dolorosa será la agonía. Como nos recuerda insistentemente Francisco, el verdadero cristiano no puede permitir que le sea robada la alegría y la esperanza. La constancia hasta el martirio y el trabajo comunitario de todos en la búsqueda del bien común, son las tareas de todo evangelizador y discípulo de Jesús”.
Causas de la crisis
El arzobispo de Mérida ha precisado las causas de la actual crisis venezolana. “Con un petróleo por encima de 100 dólares por barril, durante la primera década del siglo XXI, se llevó a cabo una distribución indiscriminada de los recursos. La mayor parte se utilizó para comprar el apoyo de los organismos internacionales y para la compra de armamento de guerra, justificándolo con la defensa de la soberanía”, explicó.
Agregó que, en estos veinte años del poder chavista, se ha registrado la mayor corrupción en la historia del país y se destruyeron las instituciones públicas y privadas a través de las expropiaciones; trayendo consigo la reducción del aparato productivo y la concentración del empleo en manos del Estado. Además de la restricción de la libertad de información y opinión, que hizo casi desaparecer la presencia de medios de comunicación tradicionales independientes. “La drástica caída de la popularidad del gobierno, lo ha conducido a desconocer la Constitución y a no permitir elecciones de ningún tipo, porque sabe que las perdería contundentemente”, dijo.
Hoy Venezuela sufre una grave escasez de medicinas y alimentos, el incremento de los índices de delincuencia e impunidad ocasionó 26 mil muertes violentas el año pasado, la población se ha empobrecido en un 80% y en consecuencia la emigración de los venezolanos es cada vez mayor (cifras no oficiales hablan de más de 2 millones de personas en estos 4 últimos años). Por estos motivos los venezolanos protestan a diario desde el pasado mes de abril, cuando fue anulado el poder legislativo a través del Tribunal Supremo de Justicia, y esto ha generado una brutal represión que ha traído consigo más de 100 muertos y más de 4 mil arrestos arbitrarios. Un contexto muy oscuro en el que la iglesia católica venezolana se mantiene como la única institución con alta credibilidad, siendo constantemente atacada por los funcionarios del régimen de Nicolás Maduro.
El cardenal Baltazar Porras Cardoso no tiene dudas sobre lo que sucede en Venezuela, “estamos frente a una dictadura”. Y calificó al actual gobierno como “un régimen antihumano”, pues “no respeta los derechos fundamentales… Es un régimen éticamente inaceptable y moralmente ilegítimo”. En las actuales condiciones de crisis humanitaria que vive el pueblo venezolano, el proceso constituyente “es innecesario y contrario al bien común… Estamos frente a un proceso que va a generar más conflictos, porque representa la opinión de una minoría que quiere imponerse a todo el país”, puntualizó.
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