La International Chamber of Commerce mundial elaboró una guía en la que hace una serie de sugerencias a las empresas donde laboran migrantes a fin de que cuenten con medidas de salud para enfrentar la pandemia.
Estar lejos de sus familias y comunidades, enfrentarse a barreras lingüísticas y culturales, no recibir beneficios de protección social y ser discriminados son algunas de las situaciones a las que se enfrentan los migrantes y que ahora debido a la pandemia, están más vulnerables en su salud y economía; esta última impacta a su supervivencia y a la de quienes dependen de las remesas que envían a sus comunidades de origen.
Frente a esta situación la International Chamber of Commerce mundial (ICC) elaboró un documento donde hace una serie de propuestas encaminadas a sugerir medidas a las empresas para que extremen las medidas de salud y seguridad para sus empleados migrantes.
El documento parte de principios básicos en los que señala que todos los trabajadores deben ser tratados con igualdad, dignidad y respeto, independientemente de su género y condición migratoria.
Asimismo, destaca que las empresas deben ejercer su deber de diligencia para respetar los derechos humanos y satisfacer las necesidades básicas de todos los empleados; y que la salud, el bienestar y la seguridad de todos los empleados, incluidos los trabajadores migrantes, debe ser siempre una prioridad para los empleadores, en particular durante la crisis sanitaria de COVID-19.
La guía está basada en el documento de orientación de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) destinado a empleadores y empresas, para mejorar la protección de los trabajadores migrantes durante la actual crisis de salud, pero también contiene recomendaciones de la International Chamber of Commerce (ICC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las medidas generales de salud y seguridad para los empleados.
El documento está dividido en cinco apartados: salud física y mental; condiciones de vida y de trabajo; apoyo económico; reclutamiento ético, y compromisos de la cadena de suministro.
Entre las propuestas que contiene destaca la importancia de mantener comunicación entre los empleadores y los empleados, sobre todo en esta época de crisis, ya que es la manera más directa de reconocer sus necesidades y preocupaciones, además que a través del continuo contacto es posible distinguir si alguien tiene síntomas que puedan indicar que está infectado de coronavirus y así tomar las medidas pertinentes para atenderlo sin poner en riesgo a más personas que confluyen en el mismo lugar de trabajo.
Otra de las recomendaciones que señala la guía, es el de verificar que las condiciones del lugar donde vivan sean seguras, higiénicas y reflejen los requisitos de distanciamiento social. De igual forma el documento sostiene que se debe involucrar a los propietarios para evitar desalojos de viviendas, o considerar la cobertura temporal de los costos de alojamiento y alimentación, en caso de reducción de salarios como consecuencia del cierre o desaceleración económica en el lugar de trabajo.
Un apartado trascendente para la ICC, destaca el documento, es el que implica combatir la xenofobia y la exclusión social durante la crisis para lo que se sugiere puedan informar, de manera confidencial, sobre incidentes de acoso, discriminación u otro comportamiento inapropiado a su supervisor, representante de recursos humanos o dirección, y actuar y remediar todos los casos confirmados.
Asimismo, la guía recomienda que debe asegurarse el pago de los salarios de manera regular y puntual a fin de que no adquieran deudas financieras que conlleven a su afectación personal o generen efectos negativos para sus familias.
Ante la posibilidad de que los trabajadores migrantes se vean obligados a regresar a sus comunidades de origen a causa de la pandemia, algunos carecen de recursos para viajar a sus países, por lo que la guía sugiere que las empresas se vinculen con organizaciones de la sociedad civil para ayudar a quienes no tienen los recursos suficientes.
Por otra parte, el documento hace referencia al reclutamiento ético de los trabajadores migrantes durante la crisis, como utilizar tecnologías de entrevista a distancia para reducir los viajes y las reuniones en persona; asegurar que los costos adicionales de los controles sanitarios, la documentación oficial y la debida diligencia no recaigan sobre quienes están buscando un empleo.
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