América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada comercialmente como consecuencia del COVID-19, señaló la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pronosticó que el comercio internacional de la región caerá 23 por ciento al finalizar el año, una situación derivada de la pandemia y que con el peor resultado desde hace 80 años. Al mismo tiempo, prevé que el valor de las importaciones caerá 25 por ciento, lo que representa la mayor contracción en 40 años.
La secretaria ejecutiva del organismo internacional, Alicia Bárcena, señaló que en mayo de 2020 el volumen del comercio mundial de bienes cayó 17.7 por ciento con respecto al mismo mes de 2019, y América Latina y el Caribe es la región en desarrollo más afectada en la caída del comercio.
Advirtió que las mayores contracciones de las exportaciones en 2020 corresponderían a las destinadas a los Estados Unidos en 32 por ciento y a la propia región 28 por ciento, en tanto que los envíos a China caerían sólo cuatro por ciento. Dada la composición de las exportaciones a esos mercados que son principalmente manufacturas en los dos primeros casos y materias primas en el tercero, el efecto neto intensificaría la reprimarización de la canasta de exportaciones regional. Por su parte, las importaciones procedentes de todos los principales proveedores de la región tendrán caídas considerables.
El comercio intrarregional cayó en todos los mecanismos de integración de América Latina y el Caribe, alertó hoy @aliciabarcena, Secretaria Ejecutiva #CEPAL, durante el lanzamiento de informe especial #COVID19 sobre comercio y logística. Más información. https://t.co/yoUXVbFf2t pic.twitter.com/2IqZ0btQvL
— CEPAL (@cepal_onu) August 6, 2020
Bárcena indicó que se esperaba que las reducciones más fuertes se registren en minería, petróleo y manufacturas. En cuanto a los dos primeros productos se debe en parte a una importante caída de los precios, mientras que en el caso de las manufacturas es por los menores volúmenes exportados.
En contraste, los envíos agrícolas y agropecuarios se prevé que sean los más resilientes e inclusive se calcula que su valor podrá subir 2 por ciento.
Por otra parte, dijo que las importaciones registrarán caídas considerables en todos los rubros, sin embargo, la mayor contracción corresponderá a las compras de combustibles, debido a la disminución de los precios.
Con respecto a México, Bárcena señaló que el valor de las exportaciones de bienes disminuyó 20.8 por ciento entre enero y mayo de 2020 debido, sobre todo, al desplome de los envíos manufactureros (20.9 por ciento), que representaron 88 por ciento del valor exportado en ese período. Sólo el sector agropecuario y las actividades extractivas diferentes a la petrolera mostraron leves aumentos de 3.5 por ciento y 5.2 por ciento, respectivamente.
Asimismo, indicó que la contracción de los envíos se fue acentuando durante ese período, llegando a una caída interanual de 57 por ciento en mayo, producto de la fuerte recesión en los Estados Unidos. En el quinto mes del año el valor de las exportaciones automotrices cayó a una tasa anualizada de 90 por ciento, mientras que los envíos de las industrias electrónica, de plásticos y de maquinaria y equipos se contrajeron 52, 51y 42 por ciento, respectivamente.
Por otra parte, Alicia Bárcena aseguró que América Latina y el Caribe van en sentido contrario al resto del mundo debido a la pérdida de capacidades industriales, a la fuerte contracción en las exportaciones manufactureras, así como de las importaciones de bienes de capital e insumos intermedios.
Ante el crítico panorama, la Cepal insistió en que los países de la región trabajen unidos para buscar profundizar su integración que debe ser visto como un componente esencial de cualquier estrategia de salida de la crisis.
El organismo resaltó que “dado el rol crucial que el mercado regional tiene para las exportaciones de manufacturas y para las pequeñas y medianas empresas (pymes) exportadoras, emprender acciones coordinadas que propendan a la reactivación del comercio intrarregional permitirá atenuar la pérdida de tejido empresarial y la reprimarización de la estructura productiva y las exportaciones con que América Latina y el Caribe emergerá de la pandemia”.
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