La presión internacional contra la separación de familias en la frontera de Estados Unidos y México, como parte de la política de “tolerancia cero” implementada por el gobierno de Donald Trump crece día con día.
En las últimas seis semanas la administración Trump ha separado a más de 2 mil 300 menores de sus padres.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, aseguró que “Pensar que un Estado intenta disuadir a los padres infligiendo tal abuso a los niños es inadmisible”.
El funcionario de la ONU calificó esta práctica de inadmisible y cruel. A las críticas se sumó incluso la primera dama estadounidense, Melania Trump quien, de acuerdo con su oficina de prensa, “detesta ver a los niños separados de sus familias y espera que los dos lados del Congreso puedan acordar una reforma migratoria exitosa”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se unió hoy a las numerosas voces críticas contra la política de Estados Unidos de separar a los niños de los padres que cruzan la frontera sin documentos, y aseveró que los menores no deben ser traumatizados.
“Los niños no deben ser traumatizados con la separación de sus padres. La unidad familiar debe ser preservada”, aseguró Guterres en una declaración emitida por la oficina de su portavoz.
Sin mencionar de manera expresa a Estados Unidos, Guterres fue claro al expresar que “como cuestión de principios” los migrantes y refugiados “siempre deben ser tratados con respeto y dignidad, y de conformidad con el derecho internacional vigente”.
La declaración es una poco común crítica de parte del titular del más importante puesto de la diplomacia internacional, que por norma se abstiene de comentar sobre las políticas de países específicos.
Los fiscales generales de 21 estados de Estados Unidos exigieron al presidente Donald Trump terminar con la política de separar a hijos de los padres que cruzan la frontera sin documentos, por considerarla cruel y porque socava la seguridad pública del país.
En una misiva conjunta, los fiscales afirmaron además que estas tácticas son ilegales y que perjudican a los menores. Pidieron por ello al procurador general Jeff Sessions que ponga fin a esta política contra familias que buscan legalmente asilo en Estados Unidos.
La petición sucede luego de que más de dos mil niños, de los que al menos un centenar son de cuatro años de edad o menores, hayan sido detenido en celdas separadas a las de sus padres, lo que de acuerdo con grupos civiles constituye una tortura que puede causar daños de largo plazo a los niños.
“La administración de Trump está alejando a los niños de sus padres solo para promover una agenda política draconiana. Esto no solo es inhumano y totalmente inconcebible, sino que también socava nuestra seguridad pública”, dijo Barbara Underwood, fiscal general de Nueva York.
Añadió: “esto no es lo que somos como país, y nuestra coalición de fiscales generales continuará actuando para proteger a las personas a las que servimos y el estado de derecho”.
En la carta, los fiscales generales consideraron que la separación deliberada de los niños y sus padres que buscan asilo legal en Estados Unidos es contraria a los valores estadunidenses y debe ser detenida.