Cuando el silencio nos alcance

Tras declaraciones y acciones de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha notado un retroceso negativo para el país; lo raro es el silencio de organizaciones intermedias de la sociedad y/o de muchos dirigentes de opinión.


El silencio ante AMLO


Interesante

Pablo Iriart acaba de publicar en su espacio en El Financiero, “Tapetelandia”, un artículo durísimo que describe el asombroso silencio y la extrañísima quietud de actores relevantes, poderes fácticos, liderazgos de opinión, dirigentes sociales y religiosos, ante lo que el periodista describe como una condición en donde “La sociedad observa, con total indiferencia, cómo se destruye la República y se instaura a pasos agigantados un régimen autoritario y antidemocrático”.

Avasalla

Es cierto. El modelo de comunicación social implementado por el equipo presidencial, avasalla, pontifica, señala, acusa, torpedea, achaca, condena y se ensordece con la propia estridencia.

Basta la cercanía con el mandatario, para garantizar lo que sea. Ya es de dominio público la serie de desaciertos, su falta de escucha, o mejor aún, su sordera selectiva respeto de aquello que se aleja de su sentir; pocas voces destacan la serie de declaraciones sin fundamento, de su profundo desconocimiento sobre muchos temas. El escribano repite: ciertamente es comprensible porque no es diosito.

Las descalificaciones y el reiterado discurso que divide, son los factores empleados para terminar con los disensos. Habla de todo y en todo le asiste una especial iluminación que lo vuelve infalible. Cuando no hay más, “evangeliza” invitando al pueblo a portarse bien y no lastimar al prójimo, aunque él lo haga una y otra vez, porque unos son Fifís-Conservadores y Neoliberales y los otros pertenecen a esa élite que conforma “el pueblo sabio”.

¿Por qué tanto silencio?

La pregunta no está por demás. El silencio de muchas organizaciones intermedias de la sociedad y/o de muchos dirigentes de opinión, puede obedecer al asombro y a lo pasmoso que resultan las acciones presidenciales. Pero, la tardanza puede resultar de un impacto negativo sin precedentes.

Las causas

Pueden ser diversas. Una, debido al alud de bots del club de aplaudidores incondicionales, que se dedican a mentarle la madre a quienes opinan en contra de alguna tesis del mandatario. Otras, en las que el comentócrata se ha visto en la necesidad de cancelar sus cuentas en redes sociales porque, incluso, se han llenado de amenazas personales o contra la familia. El riesgo es alto.

En otras situaciones, priva el temor a algún tipo de represalias de alguna autoridad, por ser considerado miembro de la mafia del poder o, simplemente, ser señalado de corrupto por don Manuelito Bartlett.

Y, sin embargo, se extrañan

Así es. No se trata de amarrar navajas gratuitamente, pero se extrañan las voces de Mons. Aguiar Retes y del Episcopado Mexicano, frente a los intentos de legalizar el aborto, la eutanasia y acabar fastidiando a la familia y al matrimonio. Se extrañan las voces de los pastores orientando a la feligresía sobre la llamada Cartilla Moral y la redacción de la “Constitución Moral”, pero también sobre los demás temas sociales y de construcción del bien común.

Se extrañan las voces de los colectivos, de las ONG que tanto combatieron la impunidad, los crímenes, la violencia y el narcotráfico. Los titulares de los mismos organismos autónomos en proceso de extinción, tampoco han hablado.

Faltan las voces de las organizaciones de padres de familia en relación con el adoctrinamiento que viene rebasando por la izquierda.

Hacen falta las voces y la valentía de las plumas en los medios y en las redes, a ejemplo de ésta, nuestra amable casa editora.

Puede ser que el cansancio les derrote. El mensaje de Aristóteles Núñez para cerrar su cuenta, al escribano le parece como el silencio provocado por el cansancio de la voz que sigue clamando en el desierto.

La posibilidad de que el silencio nos alcance es alta. Fue necesario que Chávez doblegara a los disidentes para dejar en la miseria a su pueblo; hoy, la dictadura de Maduro se sostiene con alfileres ante la irrupción de Guaidó. Todo eso tuvo que pasar para que los venezolanos rompieran el silencio.

En México, ¿esperaremos a que el silencio nos alcance? Al tiempo.

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@yoinfluyo
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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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