“El COVID-19 ha convertido una crisis nutricional en una catástrofe inminente”, detalló Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indicó que República Democrática del Congo, Nigeria, Sahel, Sudán del Sur y Yemen, países pertenecientes a África, vivirán la escasez de alimentos y hambruna durante 2021 debido a la pandemia de COVID-19 y esa situación provocará que 10.4 millones de niños sufran desnutrición.
“El COVID-19 ha convertido una crisis nutricional en una catástrofe inminente”, detalló Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef, y explicó que muchas familias en África ya afrontaban dificultades para alimentarse y ahora, con la crisis, están al borde de la hambruna.
Henrietta Fore hizo un llamado a la comunidad mundial a ampliar con urgencia el acceso y el apoyo a servicios de salud, nutrición, agua y saneamiento para niños y sus familias. Cifras de Unicef indican que de los 10.4 millones que vivirán hambruna en 2021, 3.3 millones son pequeños menores de cinco años pertenecientes a República Democrática del Congo y de esa cantidad cerca de un millón sufrirá desnutrición grave.
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Mientras que en Nigeria, Unicef calculó que más de 800 mil menores vivirán desnutrición grave en 2021 y de esa cantidad cerca de 300 mil serán casos de desnutrición extremadamente grave que causará la muerte. En Sudán, se estiman 1.4 millones de niños con desnutrición aguda y en Yemen más de 2 millones de pequeños, menores de cinco años, ya viven en desnutrición grave.
Save the Children realizó el estudio “Protege a una generación” que arrojó que debido a la crisis sanitaria, económica y política que ha traído la pandemia de COVID-19, durante los próximos 2 años, 153 niños podrían morir cada día de no tomarse las medidas necesarias y urgentes para evitar ese panorama.
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