La salvadoreña Carmen González Huguet es la ganadora del la XXXVII edición del Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística celebrado en Italia y seleccionada entre 236 poemarios de 30 países. Yo Influyo entrevistó en Roma a la poetisa ganadora, también miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua, quien nos narra cómo la poesía es su canal de comunicación con Dios.
¿Qué significa para ti la poesía mística en el mundo literario de hoy? ¿Qué papel tiene?
R: Pues, para mí es una parte o una forma de la literatura que habla de una relación especialmente importante a menos en mi caso. Por lo menos, para las personas que somos creyentes, creo que Dios nos habla ahora y necesitamos de Dios tal vez ahora más desesperante que nunca en el mundo en el que vivimos. Siento un profundo apoyo y un enorme consuelo en Dios, por lo menos eso es mi visión personal o mi vivencia muy personal y de alguna manera pues esto se refleja en mi obra, se refleja en mi poesía. Para mí esa relación con Dios es muy importante y sé que también es muy importante para muchas otras personas. Entonces para mí la poesía mística es el ámbito, es el espacio en el cual yo vivo, me encuentro, muy cercano muy intenso con la divinidad.
Cada vez se presentan más poetas hombres y mujeres de Hispanoamérica a este premio, ¿crees que haya una razón particular de que haya tantos participantes latinoamericanos en el premio de poesía mística?
R: Yo creo que tiene que ver de bastante medida con nuestra idiosincrasia de latinoamericano porque para nosotros la dimensión de la espiritualidad es muy importante, la espiritualidad en general y la visión muy específica de la relación con Dios. Hay muchísimas personas creyentes en Latinoamérica y no solamente creyentes católicos cristianos, sino también de otras denominaciones cristianas. Personas que viven la fe de una manera muy intensa, personas para los cuales esa dimensión transcendente es central en sus vidas y de alguna manera también se refleja en la poesía de las personas que tienen esa inclinación.
¿Qué les diría a poetas que quisieran presentarse a este premio? ¿Qué requisitos crees tú que hay que cumplir, para que una obra tenga pueda ser digna de ganar este premio?
R: En primer lugar, la poesía mística tiene que ser poesía, tiene que ser mística por supuesto, pero tiene que ser poesía. Entonces tiene pienso yo, la poesía que se presenta al premio Fernando Real Hoyo tiene que ser poesía, ante todo, tiene que tener una calidad, tiene que tener precisamente lenguaje, precisamente una tesitura, un carácter poético. Sin poesía no hay místico tampoco, entonces es muy importante, pues no perder de vista sobre todo esa particularidad. Pero, por supuesto, también la temática también esa relación con Dios pues es muy importante, por supuesto.
¿Crees que la poesía mística es para todos los públicos, es accesible para todos los públicos?
R: Depende, pero yo creo que sí, porque Dios habla a todos, no solamente a determinadas personas elegidas. Dios nos habla a todos, todos estamos llamados a la salvación. Entonces, en ese sentido, creo que la poesía mística también tiene que hablar el lenguaje de Dios, de otra manera tampoco no es poesía ni mística.
¿Nos podías leer un poema?
R: ¡Sí!
“Qué soledad de ti si estás dormido.
Qué silencio en la noche pavoroso.
Yo me asomo al abismo misterioso
donde no hay luz, ni nombre, ni sonido.
Y no te encuentro, Dios. Pero en mi oído
me nombras y me llamas, silencioso,
y en todas tus criaturas, melodioso,
oigo tu canto del amor nacido.
Levántame del fondo del fracaso.
Anda conmigo en medio de la gente
hasta la triste hora del ocaso.
Llévame, río, de tu oscura fuente
a descansar contigo, paso a paso,
dulce, profunda, apasionadamente.”
Sonetos del poemario El alma herida
Entrevista realizada con la colaboración de Luján González Portela
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