Si se quita la justicia de la ley, el gobierno se convierte en una banda de bandidos, señaló el padre Ramón Lucas, recordando el pensamiento de San Agustín, en el marco del Congreso por la Vida, celebrado en la Curia del Arzobispado de México.
Durante su exposición explicó cómo, en la actualidad, se realizan ataques a la vida en nombre de la libertad, el sacerdote aseguró que la sociedad moderna ha separado la verdad de la libertad, lo que provoca que nuestras decisiones no sean realmente libres o deriven en libertinaje. Vida, verdad y libertad es un cadena que no debe romperse, señaló.
Indicó que otro paso de este proceso actual, es convertir, en la conciencia de las personas, el delito en un derecho, como ocurre con el caso del aborto, ya que no sólo deja de ser una conducta delictiva sino que se solicita su protección. No obstante el ponente señaló que ninguna mujer que va a abortar “va a una fiesta”. Invariablemente vive un drama, y lo que necesita no son recriminaciones sino acogida, comprensión y escucha. El siguiente escalón es justificar el delito en nombre de la libertad, como el famoso eslogan de “es mi cuerpo, yo decido” o morir si se desea cuando la vida es insoportable.
El catedrático español señaló que esta idea es una falacia porque el cuerpo no es nuestro, pues nosotros también somos nuestro cuerpo. No es un objeto ajeno nosotros mismos, por lo que no podemos disponer de él como de una cosa. El tránsito más perverso, agregó, es cuando se da la legitimación jurídica de esos pretendidos derechos, ya que ley persigue la justicia y si esta no es justa, entonces no es ley, pero cuando un gobierno aplica una ley injusta deja su poder de servicio por un poder de aniquilamiento. Lucas Lucas destacó que es la verdad la que hace hace valer la justicia.
Este proceso incluye la deshumanización y perversión de la medicina en nombre del progreso, así lo que está llamado a a salvar y curar vidas se convierte en un instrumento de destrucción, por lo tanto, parafraseando al Papa Benedicto XVI, debemos “ensanchar los horizontes de la razón”, es decir ver más allá de nuestros intereses, gustos, simpatías y no reducir la verdad a la eficiencia o a lo inmediato.
Este camino implica una manipulación del lenguaje, cuyos ejemplos son múltiples, sin embargo el padre Lucas indicó que cambiar el nombre de algo o dejarlo sin nombre no cambia la naturaleza de la acción. Dentro de los retos que derivan de estas causas, debemos entender que la sexualidad no es solo una parte de la persona, sino su identidad misma, está en el orden del propio ser.
Aunque hoy se pretenda que se puede ser hombre o mujer según el propio querer o ser hombre durante la mañana y mujer por la noche, o ambos al mismo tiempo, eso no cambia la constitución de la personas, ya que su sexualidad implica todas las áreas de sus vida que, por si fuera poco, es una característica tan profunda que está en ADN.
Por otro lado también llamó la atención sobre el acompañamiento del paciente enfermo terminal, ya que ahora se pretende eliminarlo o ensañarse con él mediante un acto médico desproporcionado. El Cardenal Aguiar Retes ofreció un menaje videograbado a los participantes en el Congreso por la Vida, en el que destacó la importancia central de la dignidad humana así como la necesidad de tener presentes las nuevas esclavitudes como la trata de personas, el tráfico de órganos o la situaciones que sufren los migrantes o el tema siempre actual de la prostitución.
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