Los voluntarios católicos, provenientes de la Ciudad de México, que llevaban material de apoyo en tres camionetas a comunidades en emergencia tras los sismos ocurridos durante este mes, concretamente quienes se dirigían a Juchitán y Tehuantepec, fueron atacados, uno de ellos fue herido por arma de fuego, y como el proyectil tocó arterias comenzó a desangrarse, otros de los jóvenes agredidos fue golpeado casi hasta morir y una joven fue violada, no conformes con lo anterior los agresores robaron la ayuda, sus teléfonos celulares y 40 mil pesos que llevaban para llevar a cabo sus labores.
Carlos Arvizu, administrador de la Fundación Papa Francisco Pro Felicitas A.C., asociación que realizó el acopio de víveres y encargó a los jóvenes lo concerniente a este, señaló que los muchachos están hospitalizados, pero se reservó el lugar en donde se encuentran por su seguridad y subrayó “estamos tristes, hemos llorado de impotencia, tanto por los jóvenes lesionados como por la joven violada.”
Señaló que tuvieron que contactar a empresarios para que les asistieran y quienes les aseguraron que les protegerían, y externó su preocupación por otros jóvenes que salieron también a apoyar a comunidades del Estado de México y Xochimilco.
Por lo ocurrido otros voluntarios se han desanimado no obstante Arvizu señaló “pero nuestra indignación es con el Gobierno Federal, que no está protegiendo a las brigadas de ayuda. Ellos no están ayudando, no trabajan ni llevan víveres, ni el Presidente de la República, ni los gobernadores de los estados; se han limitado a llamar a la sociedad civil a que apoye, y la sociedad civil ha respondido sobradamente aún sin el llamado. Pero el trabajo que a ellos les toca, el de brindar seguridad a quienes ayudan es prácticamente nulo.”
Y agregó que “la gente que está damnificada seguirá estándolo por culpa del Gobierno. Está demostrado que después del terremoto el Gobierno ya no es gobierno, es un anarquía total”.
Arvizu señaló que por estos hechos detuvieron un envío de ayuda desde California así como el viaje de un tráiler que saldría de Morelia, Michoacán; indicó además que hay gente en las comunidades que no pide materiales para sus casas, pide comida o una lona para no mojarse. De esta manera Arvizu instó a las autoridades a garantizar la seguridad de quienes generosamente buscan ayudar, “deberíamos estar preocupados por las consecuencias del terremoto y no por la vida de los voluntarios que ayudan a las personas damnificadas”.
Con información del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME)
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