Tras una larga lucha por sobrevivir, el padre José Miguel Machorro Alcalá falleció el miércoles por la noche, los intentos por ayudar a que mejorara su salud no tuvieron éxito y a las 20:15 horas después de realizarle diversos estudios neurológicos fue declarado con muerte cerebral, horas después su corazón dejó de latir.
Después de ser atacado con un arma punzocortante el pasado 15 de mayo en el atrio de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el sacerdote estuvo varias ocasiones al borde de la muerte sin embargo tuvo una recuperación inesperada que le permitió salir del hospital y trasladarse a la casa de sus familiares en Puebla.
A pesar de los cuidados médicos recibía, a finales de julio tuvo que ser internado en el Hospital General de Tehuacán debido a un problema intestinal de carácter infeccioso, lo que provocó inflamación del cuerpo, presión baja y distensión del intestino al punto de la parálisis, además de tener problemas de riñón, todo ello derivado de las lesiones que sufrió en el atentado.
El 15 de mayo al término de oficiar la última misa del día en la Catedral Metropolitana, el padre José Miguel como de manera cotidiana lo realizaba, esparció agua bendita sobre algunos fieles que se acercaron a recibirla, momento que aprovechó Juan René Silva Martínez para atacarlo.
Gracias a la intervención de las personas que aún se encontraban en el interior de la Catedral, el padre Machorro fue atendido y su agresor detenido.
Juan René Silva Martínez fue imputado de manera directa por el delito de homicidio calificado en grado de tentativa, actualmente está recluido en el Centro Varonil de Readaptación Psicosocial (Cevarepsi), esperando que se lleve a cabo su juicio legal.
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