La seguridad en México continúa siendo uno de los temas más apremiantes y complejos que enfrenta la nación. A pesar de los esfuerzos gubernamentales y de la sociedad civil, la violencia y la criminalidad siguen afectando la vida cotidiana de millones de mexicanos.
En 2024, México registró una tasa de 26 homicidios por cada 100,000 habitantes, lo que, aunque representa una ligera disminución respecto a años anteriores, aún refleja niveles alarmantes de violencia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se reportaron 26.8 millones de delitos en 2022, de los cuales el 92.4% no fueron denunciados, evidenciando una profunda desconfianza en las instituciones de justicia.
Estructura del “Enjambre” de seguridad
El término “enjambre” se utiliza para describir la intrincada red de actores y factores que influyen en la seguridad del país. Este entramado incluye desde cárteles de la droga y grupos delictivos locales hasta fuerzas de seguridad federales, estatales y municipales. La falta de coordinación efectiva entre estas entidades a menudo resulta en esfuerzos fragmentados y respuestas ineficaces.
Jorge Tello Peón, del Centro de Estudios de Inteligencia y Gobernanza del ITAM, señala que “la seguridad nacional es uno de los planos de discusión más delicados en la esfera de la cuestión pública”, destacando la necesidad de una estrategia integral que abarque todos los niveles de gobierno y sociedad.
Uno de los desafíos más críticos es la corrupción, que permea diversas instituciones y facilita la operación de grupos criminales. Además, la proliferación de armas ilegales y el narcotráfico agravan la situación, especialmente en regiones como Michoacán, donde agricultores de limón y aguacate son extorsionados por el crimen organizado.
Impacto en la ciudadanía: Testimonio de una víctima
Las cifras y estadísticas, aunque reveladoras, no siempre capturan el impacto humano de la inseguridad. Un testimonio que ilustra esta realidad es el de una joven mexicana que decidió mudarse a España en busca de seguridad. En un video compartido en redes sociales, expresó: “Me siento feliz y agradecida de poder caminar por las calles sin miedo, algo que en mi país no podía hacer. Perdí a personas cercanas por la violencia y nunca me sentí segura. España me ha devuelto la paz”.
Iniciativas y soluciones propuestas
Diversas organizaciones de la sociedad civil han tomado un rol activo en la promoción de la seguridad. Según un análisis de Nexos, existen múltiples OSC en México dedicadas a fortalecer el tejido social y la seguridad ciudadana, aunque su distribución y alcance varían significativamente en el territorio nacional.
La seguridad en México es un desafío multifacético que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Es imperativo que las autoridades, las organizaciones civiles y la ciudadanía trabajen de manera conjunta para desmantelar el complejo “enjambre” de factores que perpetúan la inseguridad y construir un país donde prevalezcan la justicia y la paz, pero para ello habría que ir a las causas… y la falta de educación o la mala educación que los mexicanos hemos vivido por décadas, es la raíz del drama que estamos viviendo.
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