El 50 por ciento de todos los homicidios ocurre en seis estados: Guanajuato, Estado de México, Baja California, Chihuahua, Jalisco y Michoacán.
De acuerdo con el Índice de Paz en México, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), la violencia sigue en números altos, siendo la violencia contra la mujer uno de los delitos más comunes. Los datos arrojan que 44 por ciento de las mujeres mexicanas han experimentado violencia durante una relación amorosa a lo largo de toda su vida y desde 2015 los feminicidios aumentan a un ritmo similar que los homicidios de hombres por parte de la delincuencia organizada.
El reporte indica que la tasa nacional de homicidios generales ha aumentado un 84.1 por ciento, a pesar de que en 2020 hubo una ligera reducción, se mantiene en niveles históricos y altos, con 27.8 muertes por cada 100 mil habitantes, lo que se traduce a 35 mil víctimas. “México tiene la novena tasa de homicidios más alta del mundo”, indicó el estudio.
“Los feminicidios, definidos en la legislación mexicana como el asesinato de una mujer por motivos de género, han aumentado a un ritmo similar al de los homicidios de hombres”, subrayó la investigación y destacó que los homicidios de los hombres están vinculados a tendencias de la violencia organizada; mientras que respecto a las mujeres, las muertes se asocian con violencia de pareja.
En México, 44 por ciento de las mujeres ha vivido violencia de pareja y 13 por ciento de las víctimas de feminicidios son menores de 18 años. Según Índice de Paz en México, los últimos años ha habido una creciente conciencia social sobre la violencia de género en México.
En el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), hubo aproximadamente 359 manifestaciones contra la violencia de género en 2020, lo que representa un aumento del 76 por ciento con respecto al año anterior.
Finalmente, el estudio indicó que la paz en México mejoró en un 3.5 por ciento en 2020, luego de cuatro años de deterioros sucesivos, lo que marca un cambio de tendencia tras los fuertes aumentos de la violencia registrados entre 2015 y 2018.
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