José Eduardo Otáñez Ludick, nutriólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que de 1.5 a 3 por ciento de la población presenta algún trastorno alimenticio; sin embargo, con la pandemia de COVID-19, las cifras pudieron aumentar y se ha identificado que esos problemas afectan cada vez a más menores.
Otáñez Ludick explicó que los trastornos alimenticios más comunes que son la anorexia y la bulimia, cada vez golpean más a los infantes desde los 12 años. En México, cerca del 25 por ciento de adolescentes tiene algún trastorno alimenticio, mayormente asociado a un problema mental y sólo el 10 por ciento está en tratamiento.
En el mes de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, el experto señaló que la anorexia y la bulimia comparten síntomas como evitar comer, la pica (que es comer barro, papel, gises, yeso y otras cosas que no son alimento solo por saciarse), atracones y ortorexia, que es la obsesión irracional y patológica por comer sano.
El experto explicó que los trastornos alimenticios comparten síntomas psicológicos y pueden surgir por muchas razones, como cuestiones neurobiológicas; por entorno sociocultural y todos los estándares de belleza extremos; o por la familia y estilos de crianza extremos, estrictos o muy limitantes o con poca supervisión.
Pandemia y exceso de información y atención a menores
José Eduardo Otáñez, compartió que con la pandemia de COVID-19, todos estuvimos muy expuestos a una carga extrema de información que antes no teníamos, lo que en el caso de los menores puede ser mortal, pues si a ello se le suma la falta de atención o cuidado de los padres, resultan menores con información falsa y sin supervisión.
Además, el joven especialista recalcó que con la pandemia “los hábitos de alimentación cambiaron radicalmente”, pues con el teletrabajo o escuela a distancia, se hizo más común para las familias el consumo de alimentos ultraprocesados, pero en un caso opuesto, muchos dejaban de comer hasta que acababan de trabajar o sus clases.
Banderas rojas de los trastornos alimenticios
El experto de la máxima casa de estudios señaló que los padres de familia deben estar muy atentos a los síntomas de los trastornos alimenticios, pues en casos graves pueden causar la muerte. En el caso de la anorexia, el paciente ve su peso alterado y se percibe con sobrepeso a pesar de que su índice de masa corporal es el indicado.
En la bulimia aparecen conductas como tomar diuréticos o pastillas para bajar de peso, atracones y sentimientos de culpa y descontrol; sin embargo, los síntomas pueden llegar a variar entre los pacientes y lo peor es que rara vez la persona está consciente del trastorno que tiene y las afectaciones físicas y mentales que le está causando.
“No existe un único tratamiento para los trastornos alimenticios, ni un medicamento; la solución debe ser multi, inter o transdisciplinar, con la participación de médicos, psicólogos, psiquiatras, nutriólogos y, en caso necesario, de gastroenterólogos o nefrólogos para ayudar a evitar recaídas y sanar”, comentó Otáñez Ludick.
Finalmente, el especialista de la UNAM indicó que la herramienta principal para evitar trastornos en menores es la educación y atención de los padres, recalcó que los trastornos alimenticios no solo se basan en comer o dejar de comer, sino que es un problema mucho mayor y llamó a la sociedad a mantener en general una vida saludable.
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