En México, el aumento de población envejecida ha sido acelerado durante los últimos años, pasando de 3.7 por ciento en 1970 a 7.7 en 2020, lo que destaca los retos que tiene la nación para enfrentar distintas problemáticas de las personas de la tercera edad y trabajar en crear una sociedad que camina hacia una vejez sana es prioridad.
Según Isalia Nava Bolaños, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en México el envejecimiento demográfico se presenta de manera acelerada, pues mientras a países europeos les ha llevado más de dos siglos, en México ocurrió en menos de cuatro décadas.
De acuerdo con proyecciones del Consejo Nacional de Población, en 2050, el porcentaje de población de 65 o más años será del 18.2 por ciento, lo que equivale a 26.8 millones de personas, lo que se debe tanto a avances en la ciencia que permiten altas tasas de mortalidad y al decremento de la fecundidad, por cambios en la sociedad.
Nava Bolaños detalló que el envejecimiento demográfico plantea desafíos importantes, como “la salud y los cuidados de ese sector, en que incrementan las enfermedades crónico-degenerativas y discapacidades, padecimientos que requieren tratamientos cuantiosos y de largo plazo, lo que eleva costos para el sistema de salud”.
“Estos elementos implican mayor gasto y presiones fiscales para los gobiernos”, comentó la experta y detalló que en ese contexto es vital que se revisen las políticas públicas y los mecanismos de financiación pública, así como adaptar los servicios médicos; sin embargo, también es vital considerar las desigualdades de esa población.
Pues se calcula que el 35 por ciento de ese sector no reportan desembolso en salud, pero al analizar las características de esos hogares se encontró que muchos están en situación de pobreza o trabajan en la informalidad, por lo que no tienen acceso a servicios de salud y no llevan un seguimiento médico.
Mientras que los adultos mayores que sí gastan en cuidar su salud, “no lo hacen como deberían; pues se acercan a médicos sin especialización o emplean remedios, y reportan desembolsos bajos, y así tratan de mitigar el dolor o de solventar su padecimiento en el corto plazo”, comentó Isalia Nava de la UNAM.
Envejecimiento saludable, la estrategia ante los retos de la vejez
Un envejecimiento saludable implica la adopción de medidas preventivas y hábitos que mejoren la calidad de vida, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explicó que mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio y prevenir el tabaquismo y consumo de alcohol son pilares fundamentales para prevenir diabetes, hipertensión y cáncer.
Ante el reto de lograr que las personas puedan envejecer de manera saludable, Nava Bolaños remarcó la necesidad de “promover un envejecimiento saludable y activo, y en el mediano o largo plazo pensar la baja de precios de algunos medicamentos e invertir en tecnología para atender a las personas en sus domicilios”.
La especialista de la máxima casa de estudios también agregó que se puede pensar en los seguros de cuidados, muchas veces, en lugar de los de atención médica, pues “se observa que presentan enfermedades crónico-degenerativas que requieren de atención especializada y prolongada”, dijo la académica.
Finalmente, Nava detalló que aunque hoy muchos adultos mayores son cuidados por sus hijos, con la reducción de la fecundidad esa realidad puede cambiar y será menos probable que los ancianos tengan quien los cuide, por ende, detalló que es prioridad que empecemos a construir un país saludable para las próximas generaciones.
“Es momento de preparar a las próximas generaciones de personas en edad avanzada con mejores condiciones de vida, mediante un enfoque de prevención que nos ayudará a disminuir los costos de asistir a alguien con diabetes, hipertensión, entre otros padecimientos”, concluyó la experta
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