La activista señaló que las mujeres que reciben el fármaco tienen que realizar una toma fuera del centro de aborto por lo que termina siendo en casa y en ocasiones el bebé no sale completo.
Con la despenalización del aborto en la Ciudad de México “lo clandestino se volvió legal sin ningún cambio”, ya que las mujeres siguen abortando solas en su casa, señaló Lourdes Varela, voluntaria del movimiento 40 días por la vida.
Señaló que los 721 casos de reacciones adversas del misoprostol y la mifepristona en mujeres, de los que informó la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), serían el mínimo de hechos ocurridos porque las sustancias son abortivas.
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Varela señaló que el medicamento misoprostol fue creado para atender úlceras, posteriormente se descubrió que ocasiona el aborto y actualmente puede conseguirse en cualquier farmacia sin ninguna restricción. Por otra parte mencionó que Pfizer, que tiene la patente con el Citotec, lanzó una campaña en favor del aborto.
Indicó que generalmente en los centros de aborto se les da una pastilla a las mujeres para que la tomen ahí y una más para su casa, “esto provoca que ellas aborten en su casa, entonces el drama es que primero pueden estar solas y efectivamente tener el sangrado abundante y la mayoría ven cómo expulsan a sus hijos”.
Sin embargo – aclaró la activista- el pequeño puede salir completo o incompleto, y por tanto quedarse partes de éste en el vientre de la madre y provocar sangrado. En este caso tendría que acudir a que se le practique un legrado a un hospital, porque los centros de aborto no pueden atender esta clase de emergencias.
Lourdes Varela resaltó que la clandestinidad y opacidad respecto al tema del aborto en la capital no tuvieron ningún cambio respecto a cuando estaba penalizado, porque no hay números de este tipo de abortos, ni instalaciones sanitarias adecuadas en los centros de aborto. Además el método abortivo por medio de fármacos es el más común en la Ciudad de México, dijo la entrevistada.
Insistió en la facilidad con que las mujeres pueden adquirir el misoprostol fuera de los centros de salud, lo cual también ha generado que las chicas puedan tomar sobredosis del medicamento; Varela acotó que es lo mismo que cuando se utilizaban tés para abortar en sus casas.
Por lo tanto fracasó la promesa hecha cuando se despenalizó el aborto respecto a que las mujeres no estarían solas y tendrían supervisión; la única diferencia es que ahora “los vendedores (de medicamentos abortivos) lo hacen con permiso, los asesinos tienen permiso”, en tanto que “la mujer sigue estando sola en su casa sufriendo”.
Varela subrayó que aunque no se quiera creer todos los medicamentos que se utilizan para provocar el aborto tienen efectos secundarios.
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