Estefanía Alemán Navarro, maestra en Ciencias Bioquímicas y doctorante en el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que la tuberculosis es un problema de salud pública mundial y antes de la pandemia de COVID-19, ya era la principal causa de muerte por un solo agente infeccioso.
“Se calcula que una cuarta parte de la población mundial está infectada con Mycobacterium tuberculosis, es decir, tiene tuberculosis latente. Los individuos con esta condición no contagian la infección, pues la bacteria ‘está encapsulada en el pulmón'”, explicó la especialista y recalcó que es crucial retomar el monitoreo de la enfermedad.
En los últimos 30 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) logró reducir la incidencia y las muertes por tuberculosis en un 30 por ciento; sin embargo, con el COVID-19, estos avances se detuvieron, y en 2022, por primera vez en una década, la incidencia y la mortalidad por tuberculosis aumentaron.
Entre los síntomas de tuberculosis está la tos persistente, fatiga, sudores nocturnos, pérdida de peso y fiebre, y debido a que estos síntomas son similares a los de otras enfermedades respiratorias, es importante acudir al médico para un diagnóstico oportuno, indicó Estefanía Alemán Navarro de la UNAM.
Hay factores de inmunosupresión como desnutrición, VIH, diabetes o adicciones, la bacteria puede multiplicarse y dañar otros órganos, dijo la académica y agregó que “cuando el sistema inmune no puede contener la infección, la bacteria es capaz de multiplicarse, daña el tejido pulmonar y puede diseminarse a otros órganos como los riñones, los huesos y el cerebro”.
La experta indicó que en 2020 se diagnosticaron 23.5 por ciento menos casos nuevos que el promedio de los cinco años anteriores y destacaron que muchos enfermos no están siendo diagnosticados, afectando la prevención, diagnóstico y tratamiento de tuberculosis. La enfermedad se transmite con estornudos, tos o expulsión de gotas de saliva contagiadas que luego son inhaladas.
Alemán Navarro explicó “la tuberculosis es prevenible y curable” y subrayó que, la vacuna BCG (bacilo de Calmette-Guérin), que se aplica al nacer y contribuye a que no se desarrollen formas severas de la enfermedad, por lo que subrayó la importancia de la aplicación de la vacuna y de mejorar las herramientas de diagnóstico y desarrollar una vacuna más efectiva.
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