Eduardo García Castrejón, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que las personas con hepatitis corren el riesgo de desarrollar cáncer hepático y recalcó que es un problema de salud pública que puede llegar a ser mortal, por lo que urge fomentar pruebas y diagnóstico oportuno.
El especialista de la máxima casa de estudios informó que hasta 2020 se registró tres mil 978 casos, con una incidencia de 3.1 casos por cada 100 mil habitantes. De la cepa B hubo 360 casos, con una incidencia de 0.28 por cada 100 mil habitantes; de la C se registraron mil 366 enfermos, y 0.6 por cada 100 mil habitantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que la hepatitis es la segunda causa infecciosa de muerte en el mundo, con 1.3 millones de fallecimientos al año; mientras que un documento publicado en la Cumbre Mundial sobre Hepatitis arroja que pese a los avances, las tasas de tratamientos y pruebas se han estancado.
“Es una inflamación del hígado que ocurre cuando ese órgano se infecta por virus que pueden ser de cinco cepas que causan diferentes grados de gravedad en los pacientes; es un problema de salud pública que incluso puede ser mortal”, dijo el académico y detalló que las cepas principales de esa enfermedad son A, B, C, D y E.
La diferencia entre las cepas es la manera en la que se transmiten y la gravedad de cada una; la B y C son más graves y si la cepa D y la B se juntan, la enfermedad puede ser muy grave y mortal, explicó el especialista; mientras que la cepa A es muy frecuente en menores, y podría causar la muerte si no se detecta a tiempo.
García Castrejón compartió que, las personas que padecen hepatitis suelen tener síntomas como fiebre, fatiga, pérdida de apetito, náusea, vómito, dolor abdominal, orina oscura, heces color arcilla, dolor en las articulaciones e ictericia, que es coloración amarillenta de piel y ojos. Las cepas se contagian de maneras diferentes.
La A y E se pueden propagar por el contacto con alimentos o agua contaminados con heces de alguien infectado, la E también se propaga con carne de cerdo, o mariscos no cocidos bien; la B, C y D se contagian por la exposición con la sangre de alguien enfermo, la B y D con el contacto de fluidos corporales.
Eduardo García aseveró que erradicar la hepatitis es uno de los objetivos de la agenda 2030 de la OMS, sin embargo, no se logrará si no se toman medidas rápidas en este momento, como lo son ampliar el acceso a pruebas y diagnósticos, reforzar la prevención en la atención primaria y movilizar financiamiento innovador.
Finalmente, el experto de la UNAM detalló que “187 países muestran que el número estimado de muertes por hepatitis víricas aumentó de 1.1 millones en 2019, a 1.3 millones en 2022” y agregó que se debe generar conciencia acerca de la enfermedad, pues de descuidarse puede producir cáncer, por lo que es vital que se conozca cómo de transmite, síntomas y maneras de diagnosticarla.
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