La dinámica poblacional de México ha cambiado en los últimos años y hoy “tenemos una población de adultos mayores más numerosa que la de niños menores de cinco años”, lo que impone retos para el Estado en términos sociales y de la salud de este sector de la sociedad, señaló la doctora Mina Konigsberg Fainstein, investigadora del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La responsable del Laboratorio de Bioenergética y Envejecimiento Celular de la Unidad Iztapalapa indicó que es necesario atender los distintos factores que rodean al envejecimiento para que este proceso suceda en condiciones saludables.
Señaló que a pesar de que ha costado un poco de trabajo dar visibilidad a la importancia del estudio de los procesos de envejecimiento, éstos han cobrado relevancia y se enfocan en lograr que las personas vivan mejor y no en aumentar la longevidad, puesto que en los últimos 50 años la esperanza de vida se elevó, en el caso de México de 40 a más de 70 años.
Sin embargo, en la actualidad los últimos 10 o 12 años de vida de las personas adultas mayores transcurren con mucho deterioro en su salud, al manifestarse enfermedades, pérdida de masa muscular y de facultades físicas y cognitivas, que los llevan a depender de los cuidados de familiares y del sistema de salud del Estado que no es suficiente para brindarles atención.
“Con nuestro trabajo en el Laboratorio de la UAM buscamos que las personas lleguen a un envejecimiento saludable, es decir, que los años que van a vivir en la última etapa de su existencia se den en condiciones sanas y que puedan desempeñar sus habilidades físicas y mentales y en general sentirse contentos”.
La doctora Konigsberg Fainstein expuso que hasta ahora ha sido “difícil definir el envejecimiento y qué lo causa”, por lo que se han propuesto 12 características que lo explican y que “son diferentes tipos de deterioro a nivel celular”.
Uno de ellos, explicó la investigadora, está dado por un estado denominado senescencia celular, donde éstas pierden su capacidad para dividirse y, además, empiezan a producir moléculas inflamatorias que alteran el ambiente celular y los tejidos.
Otro hallazgo que el grupo de investigación trata de explicar es que la obesidad representa un factor de riesgo de sufrir deterioro cognitivo, al incrementarse el número de células senescentes en el cerebro; por lo tanto, con la edad éstas aumentan, pero con la obesidad lo hacen en mayor medida y esto se ha relacionado con un deterioro cognitivo que puede llegar a demencias.
Por ello, es importante que las personas adultas mayores lleven una dieta saludable y hagan ejercicio bajo la supervisión del médico; “por nuestra parte estudiamos estos fármacos, algunos de ellos ya se han probado, y funcionan muy bien en modelos de animales machos, pero no en hembras. Nosotros encontramos que no funcionan igual”.
Agregó que ya hicieron un pequeño ensayo piloto con mujeres con obesidad y sin obesidad “y sí los encontramos”, no obstante, es una investigación “muy inicial que tenemos que probar en poblaciones más grandes y ahora sí en mujeres adultas mayores que presenten deterioro cognitivo, para ver si estos marcadores pueden ser predictores de algún daño” y esto permita tomar algún tratamiento o intervención, si bien son elementos centrales una dieta saludable y el ejercicio.
Por otra parte, apuntó que a diferencia de hace unas décadas “las personas vivimos más y hoy una persona de 60 o 65 años puede hacer muchas cosas incluso hasta los 75 o más; sin embargo, esto trae otros temas de índole social, puesto que el hecho de vivir más puede hacer surgir propuestas como la de aumentar la edad de jubilación de las y los trabajadores y esto tendría muchas implicaciones”.
Lo que es claro es que al vivir más, las personas quieren hacer más cosas, por tanto, sí ha cambiado la forma de enfrentarse al envejecimiento y, por ello, es necesario poner atención a problemas como la discriminación por edad, que se da en muchos ámbitos como el laboral o el de la salud o los bancos, donde personas mayores no tienen acceso a créditos. Es por ello que la gente trata desesperadamente de no verse vieja por lo que “se opera, se pinta el pelo y se hace miles de cosas, porque si se ven viejos los van a tratar mal. Se trata de un tema social muy relevante”, consideró.
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