Cómo mantener la mente ágil después de los 60

Para envejecer saludablemente hay que realizar actividades cognitivamente estimulantes como estudiar, leer, practicar algún deporte o juegos de mesa, labores de jardinería o tejer, y sumarlas a la convivencia familiar, acudir al cine o dormir bien, recomendó Elissa López González, del Laboratorio de Neurogenómica Cognitiva de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Refirió que en el envejecimiento se registran modificaciones cerebrales entre los cuales a partir de los 60 años se observa la disminución del volumen cerebral, de las dendritas, como se llaman las ramificaciones de las neuronas, y de los botones sinápticos que son las ramificaciones terminales de los axones, donde se almacenan los neurotransmisores.

Asimismo, mengua la sinapsis que es el espacio entre el extremo de una neurona y otra, y de la mielinización que consiste en cubrir los axones de las neuronas con una sustancia que los protege y asegura la correcta transmisión de los impulsos nerviosos, todas estas alteraciones son las que generan diferencias en la cognición, señaló.

Explicó que otros cambios en los adultos mayores es la disminución de su capacidad para ignorar los estímulos que no son relevantes, así como la eficiencia en la memoria de trabajo la cual registra reducción con respecto a los adultos jóvenes.

López González aclaró que existen elementos que podrían ayudar a proteger a los adultos mayores de cambios drásticos, uno de ellos, mencionó, es la reserva cognitiva, que es la capacidad que tiene el cerebro para tolerar los cambios asociados con la edad o con alguna patología.

Para que esta reserva cognitiva sea alta tienen un fuerte impacto las actividades desarrolladas en el tiempo libre, es decir, si en lugar de estar acostados las personas salen en bicicleta, acostumbran a participar en juegos de mesa, practicar deportes, realizar manualidades o convivir continuamente con amigos, indicó.

Señaló que un componente que impacta a esa función son los puntajes de ansiedad y depresión ya que cuando estos se incrementan, la eficiencia de la memoria es menor.

Asimismo, la investigadora alertó que dormir poco (menos de cinco horas) podría ser un factor relacionado con la disminución en la memoria de trabajo, acorde con la edad. Los adultos mayores presentan sueño fragmentado y de menor calidad. “Tal vez por eso tiene mayor efecto para ellos, en comparación con los jóvenes”, acostumbrados a mal dormir, pero que podrían tener afectaciones en el futuro, apuntó.

De acuerdo con la investigadora, dormir aproximadamente siete horas, controlar la sintomatología asociada con ansiedad y depresión, y fortalecer nuestra reserva cognitiva, todo ello a lo largo de la vida puede promover un envejecimiento cognitivo saludable.

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