Aunque los trastornos alimenticios (TCA) son problemas con los que luchan millones de personas en el mundo, de acuerdo con José Eduardo Otáñez Ludick, académico de la Licenciatura de Nutriología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde 2017, se ha registrado un incremento de esos padecimientos en hombres.
Los trastornos alimenticios son condiciones caracterizadas por comportamientos alimentarios anormales y perjudiciales, que afectan negativamente la salud física, emocional y social de quienes los padecen. Estas condiciones suelen estar vinculadas a una preocupación extrema por el peso corporal, la imagen y la alimentación.
Los tipos más comunes de trastornos alimenticios son anorexia, que se caracteriza por la restricción intensa en la ingesta de alimentos por miedo a subir de peso; la bulimia que implica episodios de atracones de comida seguidos de vómitos, laxantes o ejercicio en extremo; atracones; o el trastorno de evitación de ingesta de alimento.
Se estima que, en el mundo, los trastornos alimenticios afectan al nueve por ciento de la población, lo que equivale a cerca de 700 millones de personas, con un aumento alarmante durante la últimas décadas; mientras que, en México, se calcula que entre 20 y el 25 por ciento de los adolescentes presentan conductas alimentarias de riesgo.
Trastornos relacionados con los estándares sociales
“Se decía que el varón no se enfermaba, que no padecía trastornos, pero resultado de los movimientos sociales y el arribo de las nuevas generaciones se ha ampliado este panorama, y esto ha permitido que existan diagnósticos y se aminore el estigma”, dijo el académico y subrayó que Chihuahua y Guanajuato son estados con más casos.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2017, se calcula que de los principales trastornos alimenticios, que son anorexia y bulimia, por cada 10 mil habitantes un 1.40 se identificó en hombres, para 2018 el número subió a 1.46 y en 2019 el dato fue de 1.70, mostrando un evidente incremento del trastorno.
José Eduardo Otáñez compartió que los trastornos alimenticios continúan siendo un tema difícil de abordar y que involucran salud mental; sin embargo, luego de la pandemia, no hay más datos, pero solo basta con reconocer que la humanidad reconoció la importancia de la salud mental y busco ayuda, para entender el incremento de casos.
Otáñez Ludick agregó que “se han fracturado los estándares sociales y culturales que impedían el diagnóstico y la valoración de personas del sexo masculino” y hoy más hombres pueden aceptar que no se sienten bien, que mental o emocionalmente algo anda mal y esta mucho más normalizado que un hombre pida ayuda.
“A cualquier edad pueden presentarse, aun cuando las cifras sitúan a la mayoría de la incidencia en la población adolescente debido a los cambios sociales, psicológicos y culturales que viven, donde una cuarta parte de este sector podría verse afectado”, dijo el experto y agregó que las personas con TCA se inclinan a los extremos.
Finalmente, el experto aseveró que la mejor forma de abordar los TCA es “dejando de lado los estigmas” y hablando y conociendo sobre los padecimientos que hay, “enfrentarnos a romper nuestros propios estándares culturales” pues aunque hoy se piensa que estar delgado es sinónimo de salud, los extremos nunca son saludables.
¿Crees que socialmente estamos preparados para hablar abiertamente de los trastornos alimenticios?
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