“La mejor manera de ayudar al medio ambiente es midiendo nuestras acciones, lo que comemos, cómo hacemos las cosas y en qué medida, pues todo en exceso es negativo”, comentó la ambientalista Angélica Martínez Cantú.
No es nuevo que miles de personas en todo el mundo hayan decidido volverse vegetarianas y hayan dejado de consumir alimentos de origen animal, pues aseguran que es la opción de alimentación más adecuada y amigable con el medio ambiente. Sin embargo, para el ser humano ese tipo de alimentación puede que no sea la mejor, pues elimina totalmente las proteínas que aporta la carne y descompensa el equilibrio nutrimental que una persona necesita.
Vegetarianismo, no tan favorable para la salud
El vegetarianismo se define por ser una dieta compuesta de alimentos de origen vegetal, algunos vegetarianos incluyen en su dieta leche y huevos, pero también existen los veganos, quienes basan su alimentación únicamente en verduras, frutas, semillas y cereales. En ambas dietas está totalmente excluida la carne. Las personas que son vegetarianas, en ocasiones, se sienten más despiertos y llenos de energía; pero por la falta de proteínas, los vegetarianos llegan a ser menos saludables y puede que se enfermen con frecuencia.
Ana Arizmendi, fundadora y directora del Instituto de Psicología de la Alimentación (IPA) y maestra en Nutrición Clínica, explicó que la dieta que cada persona necesita es diferente, pues no es lo mismo alimentar a un niño de 10 años que a una mujer embarazada y recalcó “lo ideal sería que todos tuviéramos una dieta balanceada”, en la que se incluya, con medida, todo tipo de alimentos.
Según un informe publicado en la revista The Lancet, comer desequilibradamente es malo, aún cuando la alimentación está compuesta de frutas, verduras y semillas, pues el cuerpo humano necesita todos los nutrientes y las proteínas que aportan diversos alimentos como la carne y los lácteos.
Arizmendi afirmó que una dieta saludable no sólo se conforma de alimentos con tantos nutrientes y vitaminas como las frutas y verduras, sino también de proteínas y otros elementos que la carne aporta, “una característica de alimentación balanceada es que es flexible e incluyente”, solamente se debe saber cómo y cuándo incluir los alimentos necesarios, sin excederse.
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Consumo de carne, con medida
Aunque no lo parezca, la alimentación del ser humano y el cuidado del medio ambiente están totalmente relacionados, pues el ser humano cultiva y produce su alimento en zonas naturales, como los sembradíos y las áreas rurales destinadas al ganado, por ello es importante que el ser humano cuide los recursos naturales, pues de explotarlos en un futuro no habría donde sembrar, cosechar, ni tampoco pastizales para alimentar al ganado.
De acuerdo con investigadores, consumir carne durante más de dos días a la semana es equivalente a conducir un automóvil que emite gases contaminantes durante 300 kilómetros. “El daño causado al planeta por comer carne es debido al exceso de consumo de ese alimento”, aseguró la ambientalista, Angélica Martínez Cantú y puso el ejemplo de un mundo paralelo, pues el consumo con exceso de alimentos naturales traería al planeta un desequilibrio, “las tierras destinadas a plantaciones estarían sobreexplotadas, pues frutas, verduras y semillas serían alimentos excesivamente demandados.
Martínez Cantú indicó que es necesario que se controle la producción, venta, comercialización y consumo de carne, pues al ser una gran industria se deben implementar medidas para que consumir, vender o comercializar sea menos dañino para el medio ambiente. “La mejor manera de ayudar al medio ambiente es midiendo nuestras acciones, lo que comemos, cómo hacemos las cosas y en qué medida, pues todo en exceso es negativo”.
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