¿Cómo podemos luchar contra un problema que es prácticamente invisible para el ser humano?, la clave es saber en qué artículos se encuentran presentes, para así evitarlos o tratar de controlar su uso.
Los microplásticos se han convertido en un enemigo casi invisible para el ser humano, pero sumamente dañino para nuestra vida y la de cientos de especies marinas, pues estas partículas han invadido los océanos, ríos, lagos y los principales cuerpos de agua de los que el ser humano bebe y se revitaliza.
De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), los microplásticos tienen un tamaño menor a 5 milímetros y son clasificados en 2 categorías; primarios y secundarios. Los primarios son los que fueron creados específicamente para utilizarse en productos de higiene y cuidado personal o de limpieza, mientras que los secundarios son producto del desgaste o la degradación de desechos plásticos grandes.
Los microplásticos primarios están presentes en dentífricos, productos para cuidado del cabello, exfoliantes faciales, geles antibacteriales, etcétera. Reconocer productos que contienen este material en ocasiones es sencillo, pues en muchos de los empaques se utilizan frases que hacen referencia a que hay “cápsulas” presentes en el producto, que contienen ingredientes adicionales.
Microplásticos, esa bomba tóxica
Recientemente, la Universidad Estatal de Nueva York y la Universidad de Minnesota elaboraron un estudio en el que se especifica que por cada kilómetro cuadrado de playa, corales y mares, existen 4,000 fragmentos microplásticos. Esta situación se da a nivel mundial, pues el estudio se efectuó en playas de los cinco continentes.
El hecho de que este material este presente en el ecosistema marino es una bomba tóxica, como lo llamó la organización Greenpeace en su informe “Plásticos en el Pescado y el Marisco”. En dicho reporte, la organización ambientalista aseguró que ese material tiene la capacidad de atraer y liberar sustancias químicas y se está volviendo parte de la cadena alimentaria, pues su tamaño hace que sea casi imposible de detectar.
Orb Media, organización dedicada a la investigación, indicó que 25% de los pescados en playas y mares de Indonesia y California tienen microplástico en su organismo.
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Además de analizar las playas, esas universidades también estudiaron la composición del agua de grifo en diversos países y los resultados fueron abrumadores, pues 83% del agua de grifo en todo el mundo contiene microplásticos. Los índices más altos están en Estados Unidos con 94% de microplásticos en el agua; posteriormente Líbano, con 93,8%, seguido de India con 82,4% y Ecuador con 79,2% de partículas plásticas.
“Este plástico está hecho de polímeros y polietileno convencional, materiales que no se degradan y crean una capa de suciedad en la superficie marina. Nuestro estudio indica que toda el agua puede estar contaminada. Por eso hacemos un llamado al desarrollo de nuevos materiales”, comentó Nora Charlotte Pauli, quien se encargó de elaborar el estudio.
Las declaraciones de Nora Charlotte Pauli se confirman con el análisis que elaboró Orb Media que afirma que una persona consume 14 partículas de microplástico por día en promedio, pues ese material no sólo esta presente en el agua, sino que está incorporado también en el pescado que consumimos, en la sal de mar y en todos los productos elaborados con agua, que son prácticamente todos los alimentos que conocemos.
Artículos con grandes cantidades de microplástico
Orb Media aseguró que nuestra ropa también esta llena de microplásticos, pues muchos detergentes y productos de limpieza contienen “cápsulas” limpiadoras que acaban en nuestras prendas. Los dentífricos también contienen cápsulas plásticas muy evidentes, de manera que es posible que, al momento de acudir al supermercado, compres pastas dentales que no contengan ese material.
Los exfoliantes corporales y faciales están compuestos en 90% de microplásticos y, como la mayoría de esos productos se usa en la ducha, los diminutos residuos van directo al desagüe; como el material no puede ser filtrado, se deposita en océanos, ríos, lagos y mares.
La lucha del ser humano contra la crisis ambiental ya se inicio y la contaminación que hemos sostenido durante cientos de años será más dificil de erradicar si no ponemos atención a aspectos tan dificiles de abordar como la eliminación de los microplásticos. Animales y humanos somos seres vivos y a ambos nos daña por igual ingerir plásticos, que en algún momento parecen inocuos por ser diminutos, pero a lo largo de nuestra vida podrían ocasionarnos problemas severos.
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