Sólo seis por ciento de 10 mil alumnos de bachillerato de la Zona Metropolitana del Valle de México encuestados dijo estar interesado en estudiar una carrera de estas áreas de estudios.
En México, sólo tres de cada 10 profesionistas que eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres, conocidas también como STEM. Aunque entre 2012 y 2021 el número de mujeres profesionistas que estudiaron alguna carrera aumentó 42 por ciento, aún son minoría, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Los egresados de estas carreras están mejor pagados que los de otras áreas, 13 mil 336 pesos promedio al mes en comparación con 12 mil 380 para el resto de las áreas, y la brecha de ingreso entre hombres y mujeres es menor, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer gana 82, a diferencia de 78 que gana en otras áreas.
Para el IMCO, las brechas de género empiezan en la infancia y aumentan con el tiempo. Las niñas de primaria han presentado mejores resultados en las pruebas del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea) de matemáticas que los niños, situación que se revierte en secundaria y se amplía al finalizar el bachillerato.
Sólo seis por ciento de 10 mil alumnos de bachillerato de la Zona Metropolitana del Valle de México encuestados dijo estar interesado en estudiar una carrera de estas áreas de estudios.
En 2021, sólo 13.5 por ciento de las mujeres profesionistas eran egresadas de carreras de ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería.
Al igual que el resto de las mexicanas, las científicas enfrentan el mismo tipo de barreras para entrar, permanecer y crecer en el mercado laboral. Un síntoma de ello es una diferencia de 14 puntos porcentuales en las tasas de participación económica de profesionistas sin hijos (78 por ciento) y con hijos (64 por ciento).
Las mujeres al llegar al mercado laboral y que estudiaron estas carreras tienden a ganar más y enfrentan una brecha salarial menor: 18 por ciento en contraste con 22 por ciento para profesionistas de otras áreas. En parte, la brecha salarial en estas áreas se explica por el tipo de trabajos que elige cada sexo. Las mujeres tienen mayor probabilidad de ser oficinistas o dar clases, mientras que los hombres tienden a ocupar puestos en plantas industriales.
El IMCO ha propuesto añadir un enfoque de género en los contenidos de ciencia y tecnología en los programas de educación básica. Entre ellos, hacer énfasis en la historia de científicas destacadas o pláticas con mujeres que trabajan en dichos sectores.
También recomienda implementar programas de orientación vocacional desde secundaria para que estudiantes tomen decisiones sobre su educación superior más informadas y basadas en datos.
Otra de las propuestas es desarrollar capacidades de los gobiernos estatales y federales, instituciones de educación superior y centros de trabajo para recabar datos sobre STEM con perspectiva de género que sirvan para diseñar acciones más precisas.
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