En cuanto a avances en los poderes mexicanos, sólo el 30 por ciento de las posiciones del gobierno federal son ocupadas por mujeres.
De acuerdo con cifras del Inegi, en México residen 65 millones de mujeres. De esta población, el 60.6 por ciento de las mujeres de tres a 29 años asiste a la escuela. Aunque en México, de acuerdo con la Unesco, en el nivel superior hay una mayor representación de mujeres comparadas con el hombre, seis de cada 10 personas sin educación son mujeres.
Estos datos revelan que uno de los desafíos en la educación mexicana es el acceso igualitario a la educación, a la cobertura de educación de calidad y oportunidades de aprendizaje permanente para las mujeres y niñas del país.
Para Andrea Valenzuela, rectora de la Universidad Latinoamericana (ULA), estos números indican que aún tenemos importantes retos que atender, principalmente en las diferencias culturales del país respecto a la equidad de género.
“En el caso de México en nivel medio superior, los números pueden considerarse alentadores: tenemos el 86.4 por ciento de representación de las mujeres, frente a un 78.6 por ciento de los hombres. Sin embargo, de acuerdo con datos de la UNAM y la SEP, durante el 2020 se dio baja el tres por ciento de mujeres respecto al 2018, mientras que para los hombres el porcentaje fue del uno por ciento”, aseguró la regente.
Por su parte, la rectora de la Universidad Tres Culturas (UTC), Ludivina Herrera, explicó que a estos factores se suman otros aspectos en desarrollo profesional y cultural laboral que hacen que la brecha de género se amplifique significativamente. El 45 por ciento de las mujeres que tienen oportunidad de trabajar, sólo el 5.2 por ciento tendrá acceso a una posición directiva y ganará en promedio 34 por ciento menos que un hombre en igualdad de circunstancias.
En cuanto a avances en los poderes mexicanos, sólo el 30 por ciento de las posiciones del gobierno federal son ocupadas por mujeres.
“Esto se debe en gran medida a razones culturales propias de México y también a las prácticas discriminatorias que muchas veces ocurren en las empresas, lo cual ha dado como resultado que menos de una de cada cinco mujeres egresadas en educación superior en México participe en el mercado laboral, lo que representa una tasa de inactividad tres veces mayor que la de los egresados varones”, indicó la rectora UTC.
Amabas rectoras coincidieron en que las instituciones de educación superior en el país deben tomar un rol más activo y mayor responsabilidad en promover la inclusión en carreras consideradas como “masculinas”.
La ULA ha hecho una revisión de su programa educativo para incluir temas de género dentro de sus materias transversales, mientras que la UTC ha elegido a mujeres como líderes de carrera como la Ingeniería de Sistemas de la universidad donde tienen a una directora para motivar a sus estudiantes y mostrar que la carrera también es para mujeres.
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