Ante la evidente improvisación y confusión en muchos componentes de los libros de texto gratuitos, los obispos mexicanos reprobaron la destrucción de los materiales educativos y apelaron a su corrección y mejoramiento, al mismo tiempo expresaron su confianza en los maestros, quienes con su formación, experiencia y comunicación con los padres de familia podrán rescatar los elementos valiosos para sus alumnos en el año escolar que está por comenzar.
“Los libros son materiales auxiliares en el proceso educativo, toda vez que la educación se lleva a cabo siempre en el encuentro entre personas: sólo la persona educa a la persona. No minimizamos la importancia de dichos materiales, sin embargo, para implementarlos y cumplir su finalidad se requiere la participación activa de los padres de familia, de los directivos y, por supuesto, de los maestros”, aclaró.
A través de un comunicado que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió con motivo del próximo inicio del ciclo escolar 2023-2024, en el que señaló que la Dimensión de Educación y Cultura de la CEM, junto con un grupo de académicos se dieron a la tarea de revisar los libros de texto gratuitos, así como el Plan de Estudio y los Programas Sintéticos, publicados el 15 de agosto.
Consideró que frente al nuevo ciclo escolar, el gran déficit es la formación y capacitación de los docentes y directivos, ante ello confió en que “con los planes sintéticos, el logro de acuerdos, el análisis, así como la flexibilidad institucional, se abran caminos a la generosidad, el diálogo y la respuesta específica a los educandos”.
Lamentó que se desaprovechara una valiosa oportunidad para que con la participación de todos los sectores del país se respondiera creativamente al rezago educativo generado por la pandemia de COVID-19.
Con relación a los contenidos de educación sexual en los libros de texto elaborados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y que se tiene planeado entregar a los alumnos para este ciclo escolar, la jerarquía católica dijo que “al igual que en otros sexenios, prevalece una visión biologicista y mecanicista del ser humano“, ante lo que afirmaron que “una verdadera educación pide una concepción integral del ser humano que reconoce, al mismo tiempo, el cuerpo y el espíritu, su dimensión histórica y trascendente, individual y comunitaria, entre otras características esenciales”.
Aseguraron que “es necesario enseñar sexualidad en las escuelas; sin embargo, debe hacerse con gradualidad, de acuerdo a la edad y madurez de los educandos desde los ángulos humanistas, tal como lo propone la Nueva Escuela Mexicana, en sus campos formativos e interdisciplinarios y no en asignaturas aisladas”.
Por otra parte, la CEM resaltó que la educación debe centrarse en la formación de toda la persona, a partir del conocimiento científico que se tiene de ella, “dejando a un lado los aspectos ideológicos“. A este respecto, señaló que el giro pedagógico presente en los libros de texto gratuitos debe ser expuesto, dialogado, con sus fundamentos teóricos y prácticos.
Los obispos del país enfatizaron que educar es tarea de todos, no sólo de la escuela y no sólo del gobierno. “El papa Francisco nos lo ha recordado en el lanzamiento del Pacto Educativo Global, recurriendo a un pensamiento africano, que dice ‘para educar a un niño, se requiere de toda la aldea’“.
Destacaron que tanto la Constitución, como el Pacto Educativo Global, además de la Unesco, han pedido poner al centro de la educación, el bien superior de la niñez.
Finalmente, la CEM reiteró que “los padres de familia son los primeros responsables de la educación de los hijos”.
Te puede interesar: Nuevo plan de estudios: retroceso para la educación y generación de talento
Facebook: Yo Influyocomentarios@yoinfluyo.com