Hace 61 años, en la Ciudad de México, falleció José Pablo Moncayo García, quien fue un afamado músico y compositor, uno de los jaliscienses más destacados en la historia de México.
Durante su formación compuso diversas obras que formaron parte del repertorio de la Orquesta Nacional; sus obras siguen siendo el pilar de la enseñanza de la música orquestal en el país, en las que logró reflejar y describir los paisajes mexicanos.
Su aportación más popular a la música mexicana fue la obra “Huapango”, conocida mejor como: “Huapango de Moncayo”, inspirada en sones y ritmos veracruzanos, se estrenó el 15 de agosto de 1941 en Bellas Artes por la Orquesta Sinfónica de México, sin embargo, su repertorio incluye más de 30 obras de relevancia en la historia de la música orquestal en México, destaca el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Según Susi Aguilar, educadora de Música de la UNAM, Moncayo es reconocido como un gran director que dejó un ejemplo de cómo se orquestaba en la estética de la primera mitad del siglo XX; “sus obras reflejan otra faceta de nuestra identidad mexicana”, dijo.
Sin embargo, agregó que la nueva generación no conoce el legado que dejó Moncayo, pues no está acostumbrada a escuchar música cultural; “la sociedad no está acostumbrada a ese tipo de música, no le llama la atención, ellos tratan de encontrar su propia identidad con otros genero musicales”, comentó.
“Hay muchos compositores mexicanos que nadie conoce, un ejemplo es Abundio Martínez, un compositor de origen indígena que compuso numerosas piezas musicales como marchas, valses, polkas, danzas y pasodobles”, Aguilar detalló que Martínez se dejó influir por el romanticismo, la época en la que escribió su obra fue a finales de siglo XIX y principios del siglo XX.
“Para los que nos llama la atención tocar piano y aprender de la música cultural, nunca puede faltar aprender las notas del Intermezzo o Scherzino, tampoco nadie conoce quiénes son los creadores de esas notas musicales, pues la sociedad está interesada en otros temas”, finalizó Aguilar.
Aguilar reconoció que las composiciones de José Pablo Moncayo están a la altura de cualquier música europea, del Occidente y del exterior en general; por lo que más allá de admirar al compositor por ser mexicano, lo admira y respeta como músico.
Para Susi, el nombrado como segundo Himno Nacional mexicano conecta con algo que mueve a los mexicanos. Es una obra emblemática del nacionalismo musical en México, “‘Huapango’ es una obra que seguramente seguirá presente porque conecta con un fenómeno natural que es nuestra raíz”, con nuestra identidad, a lo que somos como mexicanos.
Entre las obras más destacadas podemos mencionar: “Sonata para violín” (1937), “Huapango para orquesta” (1941), “Sinfonía No. 1” (1944), “Sinfonietta” (1945), “La mulata de Córdoba” (1948) y “Muros verdes” (1951).
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