Cada 21 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, una fecha proclamada por la UNESCO en el año 2000 con el objetivo de promover la diversidad lingüística y cultural en todo el mundo. En México, este día cobra especial relevancia, pues nos permite reflexionar sobre nuestra identidad y la riqueza que nos otorga el español, una lengua que nos une con millones de personas en todo el mundo y que, al mismo tiempo, es el puente entre nuestra herencia indígena y la influencia hispánica.
El lingüista Humberto López Morales, ex secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, destaca que “el español es una lengua con una extraordinaria vitalidad, que ha sabido adaptarse a los cambios sin perder su esencia”.
Esta conmemoración nació como un reconocimiento a la importancia de las lenguas maternas en la construcción de la identidad de los pueblos. La UNESCO ha destacado que la preservación y promoción de los idiomas es crucial para el desarrollo de las culturas y el mantenimiento del conocimiento tradicional. En el caso de México, si bien contamos con una gran diversidad de lenguas indígenas, nuestra lengua materna mayoritaria es el español, una herencia directa de España, país con el que compartimos una historia rica en matices y contrastes.
El historiador Luis García Moreno, experto en el legado lingüístico del español, señala: “El mestizaje cultural en México no solo dejó huellas en su gastronomía y costumbres, sino también en su forma de hablar. El español en América no es una imposición, sino una evolución que refleja la riqueza de su gente”.
Las lenguas maternas no solo son un medio de comunicación, sino vehículos de transmisión de cultura, historia y valores. En México, la fusión del español con las lenguas originarias ha enriquecido enormemente nuestro acervo lingüístico, aportando palabras, expresiones y giros idiomáticos que reflejan nuestra identidad mestiza. Sin embargo, en un contexto de globalización, muchas lenguas enfrentan el peligro de extinción; según la UNESCO, más de 2,500 idiomas en el mundo están en riesgo, lo que resalta la urgencia de su preservación.
El lingüista José del Valle, de la Universidad de Nueva York, advierte que “la hegemonía de ciertos idiomas en el mundo digital está generando una homogeneización que amenaza la diversidad lingüística”.
En diversas partes del mundo, el Día Internacional de la Lengua Materna se conmemora con actividades que celebran la riqueza lingüística. En México, instituciones culturales y académicas organizan eventos que promueven la enseñanza de lenguas indígenas y la apreciación del español como parte de nuestra herencia común con España y América Latina. La Real Academia Española (RAE), en colaboración con otras academias hispánicas, ha impulsado proyectos para fortalecer el idioma español, resaltando su papel como una lengua viva y en constante evolución.
El académico Salvador Gutiérrez Ordóñez, miembro de la RAE, enfatiza: “La lengua española es un ente dinámico que se nutre de las diferentes regiones donde se habla, incorporando términos, modismos y expresiones que la enriquecen”.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las lenguas maternas es la influencia de idiomas mayoritarios, como el inglés, en la educación y los medios de comunicación. La creciente digitalización ha favorecido la hegemonía de ciertos idiomas, poniendo en riesgo la preservación de otros. Sin embargo, iniciativas como la incorporación de lenguas originarias en plataformas digitales y el fomento del bilingüismo en las escuelas pueden contribuir a un futuro más inclusivo.
En el caso del español, si bien es una lengua fuerte y en expansión, enfrenta el reto de mantenerse unificada en su diversidad. La politización de su origen y la reciente postura del gobierno mexicano hacia España han generado debates que muchas veces carecen de sentido práctico. Más que repudiar su pasado, México debe reconocer que su identidad es una mezcla de raíces indígenas y españolas, lo que nos da una identidad única en el mundo.
El historiador Antonio Malpica Cuello sostiene que “negar la influencia española en nuestra identidad es olvidar el proceso de mestizaje que nos define”.
El Día Internacional de la Lengua Materna es una oportunidad para celebrar la riqueza de nuestro idioma y para comprometernos con su preservación. La comunidad debe involucrarse en actividades que promuevan el uso consciente del español y la conservación de las lenguas indígenas. La educación juega un papel clave en este proceso, pues un mayor énfasis en la enseñanza del español y su evolución permitirá a las nuevas generaciones valorar aún más su idioma.
Celebrar el Día Internacional de la Lengua Materna es honrar nuestra historia, reconocer nuestra identidad y fortalecer la diversidad cultural. México es español e indígena, es mestizaje y tradición, es la fusión de dos mundos que nos han dado una lengua hermosa y poderosa. Más allá de ideologías y conflictos políticos, el español es parte de lo que somos y de lo que compartimos con millones de personas en el mundo hispanohablante.
Que este 21 de febrero sirva no solo para reflexionar sobre la importancia de nuestra lengua materna, sino también para reafirmar el orgullo de hablar español, una lengua que es testimonio de nuestra historia, de nuestra mexicanidad y de nuestra innegable conexión con la hispanidad.
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