SakCu puede lavarse hasta 10 veces sin que pierda su efectividad, lo que indica que la calidad de la mascarilla es mejor que la de los cubrebocas KN95 que al contacto con el agua pueden perder efectividad.
Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) inventaron a “SakCu”, un cubrebocas que inactiva el virus del COVID-19. Sandra Rodil, líder del proyecto, indicó a Gaceta UNAM que el nombre del cubrebocas significa “Sak” plata en maya y “Cu” es la abreviación del elemento cobre en la tabla periódica.
El cubrebocas de la UNAM se pudo crear con el apoyo de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México y está compuesto por tres capas que en su mayoría están fabricadas a base de algodón, plata y cobre.
De acuerdo con la Gaceta UNAM, los científicos utilizaron esos materiales porque tienen propiedades antivirales, antibacteriales y antifúngicas. La mascarilla no pierde sus propiedades y una persona que haya tenido COVID-19 puede seguir utilizando el cubrebocas, sólo tienen que lavar la mascarilla y esta no va a verse afectada.
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Para los estudios y pruebas de la mascarilla, se colocaron gotas de saliva de pacientes positivos a COVID-19 en el material de plata y cobre, y los reportes arrojaron que el virus se reducía 80 por ciento en las muestras. Los estudios se hicieron en el Hospital Juárez de la Ciudad de México.
“Al contacto con la nanocapa de plata-cobre, la membrana del SARS-CoV-2 se rompe y se daña su ARN”, indicaron los investigadores a la Gaceta UNAM. Los científicos, encabezados por Sandra Rodil, ya se encuentran analizando la manera de poner el cubrebocas a disposición de los ciudadanos.
Finalmente, SakCu puede lavarse hasta 10 veces sin que pierda su efectividad, lo que indica que la calidad de la mascarilla es mejor que la de los cubrebocas KN95 que, aunque son los más usados, al contacto con el agua pueden perder efectividad.
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