Además del COVID-19 existen otras enfermedades que pueden presentarse como el dengue o la influenza, por lo cual es necesario extremar precauciones.
El COVID-19 es una enfermedad letal que mantiene en vilo a la población mundial. En México la pandemia no logra contenerse y aunado a ello existen otros padecimientos que acechan la salud de miles de personas y que hoy frente al coronavirus han disminuido en el foco de atención de la población, como es el caso del sarampión, el dengue y la influenza.
La subdirectora del Hospital Metropolitano en Nuevo León, Amalia Becerra Aquino, advirtió que es necesario que la población esté atenta para evitar contraer dengue e influenza, dos enfermedades que suelen aparecer en septiembre y octubre, y que pueden juntarse con el COVID-19.
En el sureste del país ya se han presentado casos de pacientes que adquirieron COVID-19 y también dengue, por lo que se les ha comenzado a denominar como enfermos de covidengue.
De acuerdo con Becerra Aquino esta enfermedad puede derivar en complicaciones muy graves y hasta fatales para los pacientes infectados. “El covidengue se trata de una combinación, en la cual tanto el coronavirus como el dengue pueden convivir en un solo paciente, aunque puede prestarse a la confusión, ya que presentan algunos síntomas similares”, recalcó.
“En algún momento vamos a tener una dificultad porque pueden coincidir dengue, influenza y COVID-19; esto va a pasar en septiembre y octubre, los síntomas se pueden parecer, la diferencia es que para influenza existe una vacuna, para el COVID-19 hemos tenido cuáles son los datos y medidas que tenemos que seguir, en el dengue sabemos que la limpieza en casa es esencial”.
Es importante que la gente conozca bien cuáles son los síntomas de cada una de estas enfermedades para que los haga del conocimiento de los médicos, dado que, antes de realizar exámenes más precisos, puede suministrarse el tratamiento equivocadamente lo que puede ser contraproducente para la salud de los pacientes
Los síntomas del COVID-19 son: dolor de garganta, tos seca, fiebre, pérdida del olfato o gusto, dificultad para respirar; mientras que el dengue ocasiona fiebre alta, dolor muscular y/o en las articulaciones, dolor de cabeza, náuseas, vómito y sarpullidos.
Becerra Aquino advirtió que las personas que en algún momento contrajeron influenza severa que ocasionó un daño severo a sus pulmones, deben extremar sus cuidados y precauciones dado que son muy susceptibles a contraer COVID-19 debido a las secuelas pulmonares que les generó la influenza.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud el virus del dengue se transmite por mosquitos, algunos de los cuales también transmiten la fiebre Chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus de Zika. El dengue es una enfermedad similar a la gripe que afecta a lactantes, niños pequeños y adultos. No hay ningún tratamiento específico contra el dengue.
La enfermedad está muy extendida en los trópicos, con variaciones locales en el riesgo que dependen en gran medida de las precipitaciones, la temperatura y la urbanización rápida sin planificar.
Otra de las enfermedades que se han registrado con gran fuerza, principalmente en Ciudad de México, ha sido el sarampión, que de acuerdo con la Clínica Mayo “es una infección infantil causada por un virus que puede prevenirse gracias a una vacuna”.
“El sarampión puede ser grave e incluso mortal para los niños pequeños. Aunque las tasas de mortalidad se han reducido en todo el mundo a medida que se administra la vacuna contra el sarampión a más niños, la enfermedad aún mata a más de 100 mil personas cada año, la mayoría menores de 5 años de edad”.
En México esta enfermedad ya había sido erradicada, sin embargo, el año pasado se presentaron 20 casos y al 19 de junio de 2020 se tienen contabilizados 186 casos, principalmente en Ciudad de México, de acuerdo con datos de Datos de la Dirección Epidemiológica.
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