La encuesta del IMEF revisó significativamente a la baja, a 2.0 por ciento, el pronóstico de crecimiento para 2022 con lo que anticipó un entorno más débil y complejo.
El deterioro en el ambiente político en el país debido a la persistente inseguridad, los homicidios vinculados al crimen organizado, los asesinatos a periodistas, la insistencia en empujar una reforma eléctrica contraria al mercado y la economía, así como “acciones sorprendentes” como pedir una pausa en las relaciones con España y difundir información privada de un periodista son factores que ahuyentan la inversión, aseguró el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
A fin de revertir esta situación que ha impactado en la reducción de la previsión del Producto Interno Bruto (PIB) del país que han hecho diversos organismos, el vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF, Federico Rubli Kaiser, dijo que es necesario dar un giro de 180 grados en la mayoría de las políticas públicas, las cuales tienen un sesgo antimercado, antisector privado, un sesgo antinversión por lo que con esos sesgos no es posible tener un crecimiento, pero ni cercado al cinco por ciento.
Subrayó que más allá de generar un clima de controversia política, se requieren urgentemente de medidas de política pública que brinden condiciones de certidumbre, de respeto al Estado de derecho, de señales claras de estabilidad institucional, así como de acciones que incentiven la inversión nacional y extranjera, y la generación de empleos bien remunerados que apoyen la recuperación económica de México.
Asimismo, consideró que para que exista un funcionamiento armonioso de la nación, es necesario que todos los ciudadanos, incluyendo los funcionarios públicos, se mantengan en todo momento dentro del orden y los cauces que marcan las leyes.
En cuanto a las perspectivas de crecimiento económico en su encuesta mensual, el IMEF observó un deterioro significativo en tan sólo un mes y señaló que mientras en enero se esperaba que en 2022 el país creciera 2.7 por ciento, para febrero el porcentaje se calculó en 2.0 por ciento.
Destacó que la reducción reflejada en su encuesta mensual ha sido una de las revisiones más fuertes que se ha registrado, excluyendo las ocasionadas por la pandemia de COVID-19.
Entre los factores más relevantes que mostró la medición del IMEF se destaca la debilidad mostrada en los indicadores más recientes de la actividad económica, especialmente en la caída del PIB del cuarto trimestre del 2022; los impactos producidos por el mayor contagio de la nueva variante ómicron, la creciente percepción de un ciclo monetario global más duro, el deterioro del entorno de negocios producido por algunas acciones de política pública, como la iniciativa de reforma energética que se discute en el Congreso, la incertidumbre creciente que genera un ambiente político interno cada vez más agitado sobre una inversión privada ya deprimida.
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