No es una foto, no se puede fotografiar a un virus, pero tampoco es un modelo computarizado, explicó Peter Mindek, director de tecnología de Nanographics.
Un equipo de investigadores de tres países logró captar la primera imagen real y en tres dimensiones del SARS-CoV-2, lo cual es un avance que puede ayudar a los científicos a luchar contra el virus.
“Es lo más cercano a mostrar la apariencia real del virus que hemos logrado ahora. Con la tecnología actual, no se puede mostrar una imagen más real”, explicó Peter Mindek, director de tecnología de Nanographics, la empresa austríaca que ha creado la imagen, junto con los centros universitarios de China, Arabia Saudí y Viena.
Para obtener la imagen, un objeto esférico del que surgen las famosas espículas, se usó la técnica de tomografía crioelectrónica, en la que la muestra congelada se va escaneando desde distintos ángulos usando un microscopio.
Los datos obtenidos se transforman en imágenes tridimensionales usando algoritmos. La tomografía se realizó en la Universidad Tsinghua, en China, y los datos obtenidos fueron segmentados luego por expertos de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá.
Finalmente, Nanographics, fundada por científicos de la Universidad Técnica de Viena, eliminó el ruido de la imagen original, renderizó y asignó propiedades ópticas y colores.
Peter Mindek recuerda que un virus es más pequeño que la longitud de onda de la luz visible, por lo que, por ejemplo, ni siquiera tiene color. Por eso, dijo, los tonos rosas y azules usados en la imagen son “falsos”, con el propósito de ayudar a representar menor la forma y las distintas partes del virus.
Lo que sí es real, es la forma del virus, algo que tiene mucha importancia para los científicos que buscan formas de combatirlo. Destacó que es importante mostrar la tarea de divulgación científica para mostrar al público cómo es el virus que está afectando sus vidas.
El experto en visualización de datos recuerda que el funcionamiento de las vacunas se basa en la interacción entre moléculas “cuando encajan físicamente, por su forma, pueden interactuar. Por lo que los científicos que investigan vacunas y curas necesitan saber la forma de las moléculas. Si lo ven en 3D, es más fácil saber cómo funciona”, explicó Mindek.
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“Todas las imágenes que aparecen en los medios son modelos. Queríamos llevar al público una imagen real del virus en 3D”, concluyó.
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