En el marco del mes de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la asociación Unión Mujer destacó que de acuerdo con un reporte que elaboraron con otras instituciones, las universidades en México están rezagadas en la creación de protocolos de atención a la violencia sexual, acoso y hostigamiento escolar.
El estudio “Anatomía de los protocolos de atención al acoso sexual en universidades: Un camino para espacios educativos libres de violencia sexual” de Unión Mujer indicó que a diferencia de otras universidades del mundo, en México no hay estrategias de prevención, evaluación o investigación del acoso sexual en las escuelas.
Seis de cada 10 víctimas de acoso, hostigamiento y violencia sexual no denuncian porque piensan que no tiene importancia o que las situaciones que vivieron son normales. Paulina Amozurrutia, coordinadora de Unión Mujer, lamentó que las universidades no tengan protocolos para prevenir violencia y sólo reaccionen cuando ya hay casos.
Casi cuatro de cada diez mujeres que han vivido violencia en la escuela contaron por primera vez sus experiencias durante la aplicación de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, lo que deja al descubierto una evidente falta de estrategias escolares y políticas para proteger a las estudiantes.
En el mismo informe, se estudió cuatro casos de violencia en Osaka, Japón; Complutense de Madrid, España; Yale, EU; y la School of Economics de Londres, Reino Unido, que arrojaron que las universidades ven el acoso como un problema de hombres hacia mujeres y la mayoría apuesta a estrategias de prevención, fortaleciendo el sentido de comunidad y responsabilidad de todos.
“La inmensa mayoría sólo reacciona ante las denuncias de las alumnas afectadas, que publican acusaciones en redes sociales contra sus agresores porque no encuentran el apoyo y el respaldo de la universidad”, destacó Amozurrutia y detalló que las denuncias escalan, se vuelven mediáticas y del dominio público.
Ante el panorama, Paulina Amozorrutia comentó que es vital erradicar la violencia sexual en universidades, pues se supone que son espacios seguros y recalcó que debe abordarse desde la investigación científica, propositiva e integral. “Lograr una verdadera cultura de prevención en el entorno educativo”, subrayó.
Finalmente, la experta compartió que los protocolos que funcionan más son los que “tienen un enfoque biopsicosocial sistémico a partir del cual se identifican factores de riesgo de la violencia considerando historias personales, características psicológicas, factores comunitarios y factores integrales”.
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