En la plática Violencia ¿Biológica o social?, Jaime Eduardo Calixto González, de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que al estar rodeados de tanta violencia, el cerebro normaliza lo violento y en muchos casos se vuelve adicto a esas acciones, propiciando más violencia en el país.
“No detectamos el nivel de violencia en el que estamos alrededor, y esto es algo que ha pasado en este país en los pasados 25 o 26 años, con un ambiente donde aumenta la violencia en la casa, en la escuela”, comentó el académico y recalcó que de adultos seguimos resintiendo lo que de pequeños nos sucedió, pues repetimos la violencia.
“Es posible decir que la suma de todos puede estar relacionada en los niveles de agresividad que se ven en el país”, afirmó el experto y aseveró que, si las personas tenían cosas con las que estaban felices y se les quita, ya no están agusto, lo que se relaciona con los beneficios sociales, que al retirarte suman enojos.
Además, el académico señaló que en ambientes como el que se tiene en la actualidad en nuestro país, las personas no pueden distinguir su propia violencia ni la de los demás, pues según estudios, el 1.2 por ciento de la población en el mundo tiene alexitimia, lo que indica que no pueden reconocer sus emociones ni las de los demás.
El cerebro tarda cerca de 500 milisegundos en evaluar el rostro de otra persona y determinar si esa persona está enojada, alegre o desconcertada; acción que se aprende entre los 7 a 14 años. Se sabe que 89 por ciento de la población en el mundo arrastra problemas por lo que le pasó en ese periodo de vida.
Salud mental, para reducir la violencia en el hogar y país
Calixto González indicó que si trabajamos en identificar el lenguaje y las actitudes violentas en nosotros mismos y el entorno que nos rodea, tanto en el hogar como en la sociedad, podríamos hacernos “más conscientes de que hay que cambiarlo” y recalcó que muchas veces la violencia se copia porque se ve que a cambio se obtiene un beneficio.
Por su parte, Ángel Figueroa Perea, de Divulgación de las Humanidades, comentó que el cerebro es un órgano muy poderoso y maravilloso, y al día se estima que el ser humano toma dos mil 160 decisiones; sin embargo, es muy vulnerable por lo que debemos cuidarlo de los posibles daños que recibe y trabajar en la salud mental.
Los expertos recalcaron que debemos aprender qué situaciones se pueden controlar y cuáles no, pues aunque no es malo enojarse, si es malo ejercer violencia; en otros aspectos como el estrés, solo debe presentarse durante máximo 90 minutos, si se sobrepasa, ya es un problema. Si alguien no controla su violencia necesita ayuda.
Jaime Calixto y Ángel Figueroa recalcaron que una persona no puede llorar más de 11 minutos, pues es la emoción que más gasta energía y más rápido desensibiliza y concluyeron recordando que lo biológico influye en el momento de controlar la violencia, pero lo social también tiene un papel vital y permite apagar los detonadores de la ira.
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