Niños en prisiones mexicanas, pagan una condena ajena

En las cárceles se operan secuestros, extorsiones, hay consumo de drogas, entre otras situaciones y 800 niños viven esa situación a diario, durante años.


Niños en las cárceles de México


De acuerdo con Reinserta, organización dedicada a velar por los derechos de las personas en centros penitenciarios, en México hay 800 niños y niñas que nacen y crecen en prisión hasta los seis años, enfrentándose a situaciones de violencia de todo tipo y en las que sus derechos no se respetan.

Cuando una mujer queda embarazada, mientras cumple su condena en prisión, los niños tienen derecho a vivir con sus madres desde que nacen hasta que cumplen seis años, durante ese tiempo, los niños no pueden salir y son condenados al encierro, que limita su desarrollo y les impide tener una vida normal. En algunos casos los niños que tienen familiares fuera, salen a visitarlos; pero no tienen permitido ni siquiera salir para ir a la escuela.

Niños, sin libertad ni oportunidades

Durante los años que un niño pasa en prisión tiene que estar en todo momento con su madre, desde que se levantan, cuando van a comer, al baño y hasta en las visitas conyugales. Los guardias tienen prohibido tocar o registrar a los niños; sin embargo, al permanecer con sus madres todo el tiempo, son testigos de situaciones inapropiadas o de violencia que dañan su integridad y seguridad.

Así como hay madres modelo que respetan los procesos, educan a sus hijos y los mantienen en condiciones óptimas, también hay otras historias, como la de una madre violenta que le rompió el brazo a su hija de cinco años o la historia de otra reclusa que, anteriormente, había asesinado a dos hijos y en prisión tuvo a un tercer hijo, el que sufría extrema violencia y tuvo que ser apartado.

De acuerdo con Saskia Niño de Rivera, directora general y cofundadora de Reinserta, esas situaciones de gravedad se dan porque en las prisiones falta atención por parte de autoridades y los trabajadores del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) que siendo responsables de velar por la seguridad de los niños no se involucran como deben con los menores.

“En las cárceles se operan secuestros, extorsiones, hay consumo de drogas, son plazas dentro del crimen organizado”, comentó Saskia Niño de Rivera y aseguró que, en incluso en una ocasión, en una riña dentro del penal mataron a un niño. Otros atestiguan escenas como ver a sus mamás drogarse frente a ellos.

Los voluntarios de Reinserta han escuchado comentarios y preguntas que los niños en las cárceles les han hecho, los cuales reflejan el horror de sus limitaciones, por ejemplo: “¿Por qué tú vives en la calle?”, “¿Qué es un restaurante?”, y durante un viaje al Papalote Museo del Niño decir que su parte favorita del paseo fue el camión, porque se movía. O en un viaje a Cancún, como respuesta a la pregunta ¿de dónde son? de un extranjero, respondieron que “de Santa Martha Acatitla”.

“Llevamos pelotas, hicimos muchos ejercicios, jugamos y las mamás, con los niños, se quedaron muy contentos con las pelotas, pero estaban haciendo certificación de la cárcel y limpiaron todo lo que habíamos llevado”, comentó Saskia y su equipo en una transmisión en vivo en Instagram, y explicaron que entre algunos custodios hay mucha crueldad y obligaron a los niños a ver cómo ponchaban las pelotas.

Transforma la vida de los niños en las cárceles

En el siguiente video, se explica la situación que los niños y niñas viven en las cárceles mexicanas, tú puedes ayudarlos haciendo un donativo a Reinserta para que continúe con proyectos y trabajos en favor de los niños que viven en las prisiones.

Tu donativo debe realizarse aquí. 

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