Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) en México representan más del 99.8% del total de las empresas en el país. Estas empresas contribuyen aproximadamente con el 48% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y generan más del 70% del empleo formal en el país. Sin embargo, a pesar de su relevancia, enfrentan desafíos significativos en términos de productividad y competitividad.
Uno de los principales retos es la adopción de tecnologías digitales. Se estima que el 76% de las mipymes en México no están integradas en la economía digital. Esta falta de digitalización limita su capacidad para competir en mercados globales, optimizar procesos internos y responder de manera eficiente a las demandas del mercado.
La transformación digital implica la incorporación de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) y la Automatización Inteligente de procesos (IAG) en las operaciones diarias de las empresas. Estas herramientas permiten automatizar tareas repetitivas, analizar grandes volúmenes de datos para la toma de decisiones informadas y mejorar la eficiencia operativa. Según un estudio, el 57% de las pymes encuestadas en México ya utilizan IA, destacando su relevancia en la digitalización empresarial para optimizar tareas y enfocarse en actividades críticas.
La adopción de IA y IAG no solo mejora la eficiencia interna de las mipymes, sino que también las posiciona como proveedores atractivos para grandes empresas que buscan integrar en sus cadenas de valor a socios capaces de cumplir con altos estándares de calidad, certificaciones y cumplimiento normativo. Esta integración es esencial para que la economía mexicana retome una senda de crecimiento sostenible, ya que fortalece el tejido empresarial y promueve la competitividad a nivel global.
Para impulsar esta transformación, es crucial el apoyo mediante políticas públicas que faciliten la adopción tecnológica en el sector mipyme. Estas políticas deben enfocarse en:
1. Capacitación y educación: Desarrollar programas que formen a empresarios y empleados en competencias digitales y en el uso de tecnologías emergentes.
2. Financiamiento accesible: Crear mecanismos de crédito y financiamiento que permitan a las mipymes invertir en tecnología sin comprometer su estabilidad financiera.
3. Infraestructura tecnológica: Mejorar la conectividad y el acceso a herramientas digitales, especialmente en regiones con menor desarrollo tecnológico.
4. Asesoría y acompañamiento: Establecer centros de apoyo que orienten a las mipymes en su proceso de digitalización y adopción de IA e IAG.
La colaboración entre el sector público y privado es fundamental para crear un ecosistema que favorezca la innovación y la competitividad. Al adoptar tecnologías digitales, las mipymes no solo mejorarán su productividad, sino que también contribuirán al crecimiento económico del país, generando empleos de calidad y fortaleciendo su presencia en mercados internacionales.
En conclusión, la transformación digital de las mipymes mexicanas es una necesidad imperante. La incorporación de IA e IAG en sus procesos representa una oportunidad para optimizar operaciones, cumplir con estándares internacionales y integrarse en cadenas de valor de grandes empresas. Para lograrlo, es esencial el diseño e implementación de políticas públicas que apoyen y faciliten este proceso, asegurando así que la economía de México retome el rumbo del crecimiento sostenible y competitivo en el escenario global.
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