El 17 de octubre se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Es una oportunidad para reconocer el esfuerzo y la lucha de las personas que viven en pobreza.
A pesar del avance en el combate contra pobreza en el mundo, aún hay más de mil millones de personas que viven con menos de un dólar al día y casi la mitad de la población mundial vive con menos de dos dólares al día, de acuerdo la organización que busca erradicar la pobreza basada en los derechos humanos, ATD Cuarto Mundo.
Y es que, según el Banco Mundial, los esfuerzos para el combate a la pobreza se han notado más lentos y desiguales en los últimos años, lo que provocaría que no se logre la meta establecida en la Agenda 2030, cuyo primer objetivo poner fin a la pobreza.
La pobreza no se trata solamente de la falta de dinero, también es necesario considerar otros aspectos que representan privaciones de servicios que permiten un óptimo desarrollo; se trata de considerar la pobreza como un fenómeno multidimensional que, además de los ingresos, también considere la educación, servicios básicos para la vivienda –como la electricidad, el agua y el drenaje– y seguridad social.
“Es posible aspirar a un mundo en que todas las regiones, los países, los hogares y las personas se vean beneficiados por la reducción de la pobreza. Para ello tenemos que armar el rompecabezas de la pobreza con el fin de comprender todos sus impactos”, señala el Banco Mundial.
La pobreza ha llegado a extremos inimaginables. Desde hace años, en Haití, el país más pobre de América, comen arcilla para calmar el hambre, pues ni para comprar arroz les alcanza. Arcilla mezclada con mantequilla y sal son los ingredientes para preparar una especie de galleta.
#Haití: arcilla contra el hambre.
Parte de la población se alimenta de arcilla por falta de alimentos. El país más pobre de #AméricaLatina lleva meses sumido en protestas por la crisis económica. La pobreza y una moción de censura acaban con el primer ministro. #noticiasDW (mr) pic.twitter.com/cKesUqgs9N
— DW Español (@dw_espanol) 20 de marzo de 2019
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México, estancado en la pobreza
Los esfuerzos en el combate a la pobreza en México no han sido los esperados. En el reciente análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) –en el que presenta la medición de pobreza en el país– los resultados no muestran gran avance: “la pobreza constituye un problema persistente”, señala el informe.
Entre 2008 y 2018, el número de personas en pobreza incrementó en 2.9 millones, de 49.5 a 52.4 millones. Se estima que en México habitan 125 millones de personas. Es decir, 43.52% de los mexicanos viven en pobreza.
Uno de los grandes problemas que detectó el Coneval fue que el ingreso de 61.1 millones de personas es insuficiente para adquirir la canasta alimentaria y, además, dicha situación se ha mantenido constante, es decir, no hay grandes avances ni retrocesos.
Asimismo, detecta que las 71.1 millones de personas que carecen de acceso a la seguridad social son otro de los retos más importantes de las políticas públicas dirigidas a disminuir la pobreza.
La carencia de recursos y servicios básicos afecta a los grupos más vulnerables: adultos mayores, personas con discapacidad, niños y adolescentes; mientras que las zonas más afectadas son el sureste del país y poblaciones de los pueblos indígenas.
Además, ya se ha comprobado que existe una estrecha relación entre la pobreza y el analfabetismo: cuando una persona carece de niveles educativos, es difícil que salga de la pobreza.
Los cinco estados de la República con mayor número de analfabetas, son las mismas entidades en la que hay más pobres: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Puebla.
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Un poco de historia
Hace 32 años, más de 100 mil personas se reunieron en la plaza del Trocadero en París, Francia, mismo lugar en el que años atrás -en 1948- se había firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos. Los participantes, ahí reunidos, denunciaron que la pobreza es una violación de los derechos humanos, asimismo, reafirmaron la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto.
La convocatoria fue organizada por un sacerdote francés, Joseph Wresinski, quien vivió en la pobreza y siempre actuó en beneficio de los grupos vulnerables.
Años después, en 1992, miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas inspirados en la convocatoria del sacerdote, declararon el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
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