Es el momento propicio de incentivar programas de salud y atención médica para todos y tomar en cuenta el proceso de envejecimiento de la población, así como la feminización de este.
En México, la reducción de la tasa de crecimiento de la población pasó de 1.4 por ciento en el periodo de 2000-2010 a 1.2 por ciento en el periodo 2010-2020, lo que indica que continúa el envejecimiento de los mexicanos, lo cual está relacionado con una baja fecundidad, según datos del Censo de Población y Vivienda 2020, realizado por el INEGI.
El Censo señala que 12 por ciento de la población (15 millones de personas) tiene más de 60 años; sin embargo, se calcula que para 2050 este sector siga aumentando hasta ser del 20 por ciento de la población lo que plantea un reto y problema para México, ya que un porcentaje elevado de esas personas no tiene pensión y quizás hasta carece de ingresos para su sustento.
En la conferencia de prensa virtual “Resultados del Censo de Población y Vivienda 2020 ¿hacia dónde va México?”, integrantes de los institutos de investigaciones Sociales (IIS) y Económicas (IIEC) de la UNAM expresaron que los datos arrojados indican que la sociedad se transforma; sin embargo, está en vías de acceder a los satisfactores que provee la seguridad social.
Carlos Welti Chanes, del institutos de investigaciones Sociales (IIS), dijo que el 2020 muestra un cambio en la conformación de los hogares, proceso que debe ser tomado en cuenta incluso en la actual situación coyuntural derivada de la pandemia. Ejemplo de ello es el crecimiento significativo de los considerados unipersonales (viviendas habitadas por una sola persona).
Indicó que unos de los factores para el decrecimiento es la decisión de los jóvenes por desarrollarse profesionalmente en lugar de casarse y tener hijos.
“Los censos recientes 2010 y 2020 muestran una tendencia ya irreversible que es el crecimiento de este porcentaje, vale la pena decir que en países de Europa, España, por ejemplo, poco más del 30 por ciento de las mujeres al final de su vida reproductiva no tienen hijos y eso se ha incrementado en años recientes, pero en México no ha habido un cambio en este indicador y ahora se está viendo esto, lo cual debe también llamar nuestra atención,” advirtió el investigador del IIS de la UNAM.
Welti Chanes mencionó que el censo también señala la transformación en los patrones conyugales, ya que se observa un crecimiento significativo en la proporción de mujeres y hombres que se declaran solteros; por primera ocasión, en el grupo de 30-34 años, más de la mitad de ellas se ubican en ese estado civil.
Por su parte, la coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez, Verónica Montes de Oca Zavala, refirió que este es el momento propicio de incentivar programas de salud y atención médica para todos y tomar en cuenta el proceso de envejecimiento de la población, así como la feminización de este.
Resaltó que es necesario contar con un sistema nacional de cuidado, tanto por el proceso de envejecimiento de la población como por la mayor visibilidad de las personas con discapacidad. La precariedad social genera una desventaja importante que amerita ser reparada por el Estado.
Hay más participación de la mujer en el ámbito laboral
Gabriel Badillo González destacó que la participación de las mujeres en el mercado laboral es importante y en algunas entidades ha sido del doble o más. Según los datos preliminares que arroja el censo, 49 por ciento en edad laboral participa en la actividad económica.
Refirió que la disminución de mujeres casadas o en unión libre, el aumento de la proporción de las que están solteras y de los divorcios y separaciones se vinculan con la participación laboral femenina.
“Y sobre todo tomando en cuenta un proceso que ya se ha detectado desde hace varias décadas que es el proceso de envejecimiento de nuestra estructura por edad de la población y sobre todo algo que a mí me interesaría mucho resaltar es la feminización del envejecimiento la mayor presencia de mujeres en este proceso de envejecimiento demográfico y que obviamente nos permite ver muchas desigualdades acumuladas de género, desigualdades que tienen que ver con la cuestión étnica y afromexicana, así como todos los procesos derivados de la discapacidad”, lamentó la especialista.
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