El asesinato de Norberto Ronquillo es un efecto de las malas decisiones de política pública en materia de seguridad, resultado de la carencia de una coordinación nacional antisecuestro, rubro al que falta definir un presupuesto y una ruta clara a seguir para combatir y atender ese delito (ONC).
Los resultados en seguridad pública son malos debido a que el presupuesto que este año se le asignó a este rubro no es el suficiente para atender las necesidades en la materia, además de que el discurso de las autoridades no corresponde con las decisiones que ha asumido y la prevención está siendo una burla, aseguró Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), durante la presentación del estudio Gasto público en seguridad: una mirada a la ruta de los recursos.
Por su parte, Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), indicó que México está gastando alrededor de 1 por ciento del PIB, porcentaje mucho menor del que los países de la OCDE invierten en seguridad, a pesar de que en nuestro país existen tasas delictivas sustancialmente mayores a la que se presentan en los países adheridos a este organismo.
Consideró que el presupuesto asignado a seguridad es poco y está distribuido de manera muy extraña, además de estar alejado del discurso público y de los objetivos que se desean obtener en esta materia. Aseguró que si se quieren mejores resultados en seguridad “no nos vamos a salvar de gastar más”.
Villarreal advirtió que los recursos extra que se necesitan en seguridad para ser considerados en el presupuesto de 2020, tendrá que competir contra otros rubros que también son delicados como salud y pensiones. Señaló que este año en seguridad representa un gasto del 40 por ciento comparado con salud, mientras que suma apenas una cuarta parte de lo que gasta la federación en pensiones.
Francisco Rivas recalcó que el país pasa por la peor crisis de seguridad en los tiempos recientes, por lo cual deberían de tomarse decisiones más precisas para lo que se requieren indicadores de desempeño, así como de resultados, pues aseguró que en la actualidad las políticas y la mayor parte del gasto no son evaluables porque no existen indicadores precisos.
Dijo que el Ejército es la institución que más recursos se le han asignado y que la gran olvidada es la procuración de justicia que en este sexenio trae un recorte del 30 por ciento.
Agregó que no existe claridad de dónde salen los recursos para la Guardia Nacional, eventualmente se supone que son recursos que tenía la Policía Federal; pero no hay transparencia en el gasto. Otra de las preocupaciones en torno a este nuevo cuerpo de seguridad es que entre sus competencias están contemplados el combate a los delitos del fuero común, pero ahora también se le dio la función de contener a los migrantes.
Francisco Rivas destacó que el envío a la frontera de Chiapas de seis mil elementos de la Guardia Nacional es un ejemplo de las malas decisiones en política pública, ya que para esta tarea se asigna a “una institución que no ha sido capaz de ser institución porque no se le ha dado el tiempo”.
El director del ONC reiteró que México gasta la mitad de los países de la OCDE, cuando debería gastar el doble, “y si no queremos seguir simulando, necesitamos gastar el triple y gastarlo bien”. Por lo que hizo un llamado para que desde ahora las autoridades planeen el gasto en seguridad y replanteen una nueva estructura programática para 2020.
Finalmente, Rivas hizo énfasis en que las autoridades responsables de la seguridad no son sólo las federales, sino que también las autoridades estatales y municipales tienen el compromiso de actuar al respecto, pero en ocasiones evaden estas tareas y desatienden el presupuesto y las necesidades que en lo particular tienen esperando que desde la federación les resuelvan la problemática.
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