“Las mujeres que tienen que combinar el trabajo y la vida familiar se ven en circunstancias adversas, ya que no existen condiciones en el mundo del trabajo para equilibrar sus responsabilidades” dice Guadalupe Arellano, presidenta de Ancifem.
Cada 10 de mayo se reconoce y agradece el esfuerzo y la dedicación que entregan las mujeres al hogar y al desarrollo de sus hijos. Aunque su realidad puede ser muy diversa, todas las madres tienen una gran responsabilidad.
En entrevista con Yo Influyo, Guadalupe Arellano, Presidenta de Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), señaló que, pese a que hoy en día se enfrentan a condiciones distintas, “la madre de hoy, es la madre de siempre”, es decir, aquella persona que asume la responsabilidad de educar y participar en el desarrollo de sus hijos.
Puntualizó que, como las principales educadoras, “son las que transmiten a los hijos una escala de valores con la cual se proyectan a la vida como individuos en la vida social”.
De acuerdo con Arellano, lo que ha cambiado para las madres de hoy son las condiciones en las que ejercen su maternidad y los retos que enfrentan.
Actualmente, dijo, la maternidad es poco valorada y, sobre todo, las mujeres jóvenes viven un gran dilema, pues deben decidir entre “dedicarse a ser madres o ser profesionistas”.
“Las mujeres que tienen que combinar el trabajo y la vida familiar se ven en circunstancias adversas, ya que no existen condiciones en el mundo del trabajo para equilibrar las responsabilidades familiares, laborales y personales”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2017 del INEGI, 28.7 por ciento del total de madres en el país, son madres solteras. De ellas, 41.8 por ciento desarrolla algún tipo trabajo; 31.2% de ellas lo hace en el sector informal, mientras que 12.2% se dedica a labores domésticas y 6.6% no recibe pago alguno por su trabajo.
La presidenta de Ancifem señaló que, actualmente, la maternidad se ha convertido en un factor de riesgo, pues en el momento en que se embarazan, muchos de los empleadores -sobre todo los informales- no ofrecen las condiciones adecuadas y las mujeres sufren discriminación laboral o no reciben las prestaciones laborales de ley.
Según el Inegi, de cada 100 mujeres cabeza de familia solo 35 reciben seguridad social, una de las prestaciones más solicitadas por las madres, sobre todo cuando tienen hijos pequeños.
“El estilo de vida que manejaban las madres de antes y las de la actualidad es muy diferente, ya que las que hoy son abuelas, en su tiempo no tenían la costumbre de salir de sus hogares y se limitaban a cuidar del hogar y los hijos. Esto permitía que se incorporarán a las actividades de la comunidad”.
“Hoy en día, las madres que trabajan recorren grandes distancias e invierten tiempo y dinero, que podrían emplear con sus familias”.
Arellano defiende el derecho de las mujeres a trabajar, aunque lamenta que las condiciones en las que muchas de ellas desempeñan su labor, no son las adecuadas.
“La incorporación de las mujeres a la esfera laboral es uno de los cambios más bruscos, y hoy existen mujeres hasta con tres jornadas laborales, lo cual impacta directamente en su salud emocional y personal”.
