En el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2022 del Instituto Mexicano para la Competitividad, 10 estados mejoraron, 11 retrocedieron y 11 se mantuvieron igual, con respecto a la medición de un año antes.
La Ciudad de México es la única entidad de “alta” competitividad en el país, mientras que Guerrero, una vez más desde hace 12 años, se mantuvo como el estado menos competitivo en el Índice de Competitividad Estatal (ICE) 2022 del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
En esta edición del estudio, 10 estados mejoraron, 11 retrocedieron y 11 se mantuvieron igual con respecto al análisis del año pasado.
Debajo de la Ciudad de México se colocaron en el nivel “alto” Jalisco, Coahuila, Nuevo León y Querétaro; en el nivel “medio alto” se ubicaron Baja California Sur, Baja California, Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Durango, Nayarit, Tamaulipas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Yucatán y Campeche.
En contra parte, Colima, Guanajuato, Estado de México, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Tabasco y Quintana Roo se colocaron en un nivel de competitividad “medio bajo”, y finalmente, quienes ocuparon las últimas posiciones en el rango “muy bajo” se colocaron Guerrero, Zacatecas, Michoacán, Oaxaca y Chiapas.
Entre los principales cambios que mostró el ICE 2022 destacan la de los estados de Querétaro, Michoacán, Zacatecas y Tabasco.
En el caso de Querétaro en esta ocasión salió de los primeros tres lugares al pasar de la posición tres a la cuatro, situación que entre otras cosas obedeció a que la brecha salarial entre mujeres y hombres se amplió seis puntos porcentuales, pues mientras el del sector femenino fue de 13 por ciento, el de los varones se colocó en 19 por ciento.
Michoacán por su parte pasó de la posición 26 a la 29, así su nivel de competitividad pasó de “media baja” a “baja”, principalmente por el tema de inseguridad. Asimismo, Zacatecas tuvo un deterioro en términos de desigualdad salarial y carga aérea de mercancías, además de que aumentaron en 38 por ciento los homicidios dolosos (67.9 por cada 100 mil habitantes), lo que, aunado a otros elementos, ocasionó un descenso del lugar 25 al 28.
En tanto que Tabasco tuvo una mejoría en la productividad total de los factores, y también redujo el robo de vehículos subió de la posición 29 a la 23.
Entre los hallazgos más sobresalientes del análisis, se destaca que persisten los retos para el sureste en materia de salud, escolaridad y condiciones del empleo.
La directora general del Imco, Valeria Moy, explicó que si bien en este índice son medidos 72 indicadores, en esta ocasión el enfoque en el que se ahondó más fue el del mercado laboral que es uno de los factores más importantes para propiciar el crecimiento y el desarrollo del país.
Destacó que en lo que respecta a la informalidad laboral, las condiciones en el sur, en el centro y en el norte del país son completamente diferentes.
Indicó que seis de cada 10 trabajadores se encuentran en la informalidad a nivel nacional; sin embargo, las diferencias entre el norte y el sur son muy contrastantes, pues mientras en Baja California Sur, Coahuila y Nuevo León la informalidad es de poco menos de cuatro, en Chiapas, Oaxaca y Guerrero esta es de ocho de cada diez personas que carecen de seguridad social.
“Entre más trabas le pongamos a la formalidad y entre más cara la hagamos, se va a provocar que la informalidad crezca. No nos debe sorprender que no baje o suba en algunas entidades del país”, apuntó.
Asimismo, mencionó que con respecto a los cuidados de salud, el 38 por ciento de la población ocupada en el país tiene acceso a servicios de salud, es decir, seis de cada 10 trabajadores carecen de acceso a cuidados de salud, y “una vez más es muy distinto en el norte que en el sur del país, ya que mientras en Oaxaca sólo 16.3 por ciento de la población ocupada tiene acceso a cuidados de salud, en contraste Coahuila tiene 59.1 por ciento”, resaltó.
Sugerencias para combatir la informalidad
Entre las propuestas para mejorar las situaciones laborales, el Imco propone identificar las raíces de la informalidad en la región, ya sea la prevalencia de empresas informales o el incumplimiento de los derechos laborales por parte de empresas que sí cumplen con otras responsabilidades fiscales.
Adoptar prácticas para atraer el talento de más mujeres, tanto en el sector público como el privado, a través de políticas internas de integración vida-trabajo, igualdad laboral y no discriminación.
Reformar el sistema de seguridad social para reducir los costos que las empresas enfrentan al formalizar a sus empleados y cumplir con obligaciones fiscales.
Y por último, generar un entorno de negocios con condiciones propicias para la inversión en el país, tanto nacional como internacional, mediante el cumplimiento del Estado de derecho y la estabilidad económica.
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