Un niño que repentinamente se aleja de su núcleo familiar y comienza a tener conductas antisociales que antes no presentaba, está propenso a comportarse de forma violenta contra otras personas, por lo que es un deber de los padres y compañeros de escuela detectar y denunciar cambios negativos en la conducta de algún alumno.
Así lo consideró la psicóloga Verónica González García, de Red Familia, al manifestar su opinión sobre los hechos acontecidos en una escuela en Monterrey, donde un alumno disparó un arma de fuego contra su profesora y compañeros para luego suicidarse.
Ante hechos como éste, la especialista estima necesario desarrollar una atención psicológica personal e integral en los planteles educativos, que pudiera prevenir que ocurran este tipo de tragedias.
Si bien endurecer la política de “mochila segura” ayuda a detectar algún indicio de amenaza, esto no resuelve la situación, ya que es una medida que no ataca la raíz del problema, que es el desequilibrio emocional que padece el niño o el joven, el cual lo lleva a cometer su ataque a las personas, explica la psicóloga.
Dijo que, a nivel escolar, la atención psicológica en México es prácticamente inexistente, por la cantidad de matrícula que hay en las escuelas y el poco personal psicológico que puede prestar atención personalizada que necesita un joven; y esto se agrava en las escuelas públicas, donde las autoridades educativas únicamente atienden periódicamente este aspecto de la salud, cuando debiera estar presente de manera permanente en su agenda.
La psicóloga abogó por que los padres de familia emprendan una operación de “Internet seguro”, donde se revise qué sitios web visitan sus hijos y cómo es su interacción en redes sociales con sus amigos, pues desafortunadamente Internet es un factor de desequilibro emocional, ya que los jóvenes aún están en formación y no disciernen lo que es bueno y lo que es malo, y se ven influenciados por actores externos.
La necesidad de los niños de pertenecer a grupos en redes sociales y encajar en el lenguaje que utilizan, los lleva a comportarse de tal forma que sean queridos o aceptados por estos “amigos virtuales” o páginas que promueven ciertos actos delictivos como si fueran algo gracioso o que desvalorizan la vida humana.
Además, si el niño observa que en su familia las cosas se resuelven a gritos, golpes e insultos, será un niño proclive a replicar esto en su entorno. De ahí la importancia del ambiente familiar, de que el pequeño perciba su casa como un entorno saludable en donde pueda exponer su punto de vista y haya comunicación.
La psicóloga Verónica González García, de Red Familia, invitó a los padres de familia a recurrir a un experto cuando detecten alguna situación de riesgo en los hijos; hacer a un lado el estigma de que las personas que asisten al psicólogo están “locas”. Hay que acabar con este estigma, finalizó.
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