En México sólo se destina 2.5 por ciento del gasto público y únicamente 0.7 por ciento del PIB a la primera infancia, por lo que ocupa los lugares más bajos de Latinoamérica.
La Universidad Iberoamericana, a través de su Departamento de Salud, puso en marcha el Observatorio Materno Infantil (OMI), un sistema de evaluación y monitoreo de indicadores que permite conocer la situación nutricional y de salud en México durante las etapas preconcepcional, de embarazo, lactancia y en la edad infantil (de cero a los 12 años).
La vicerrectora académica de la institución educativa, Sylvia Schmelkes, señaló que este observatorio permitirá advertir problemas y visibilizará desigualdades por estrato y geografía que requieren de una atención estructural en estas etapas decisivas del desarrollo humano.
Añadió que la desigualdad nutricia y de salud en estas etapas impide asegurar un piso parejo para el aprovechamiento posterior de oportunidades de todo tipo. Destacó que este instrumento tiene el propósito de combatir estos problemas y ayudar a que todos puedan desarrollarse personal y socialmente.
“Con este observatorio no existe el pretexto del desconocimiento del problema para poderlo atender. Representa, entonces, una herramienta invaluable de política pública, de investigación, de formación de opinión pública y también de investigación, de presión por parte de la sociedad, para que estas problemáticas sean atendidas porque son raíz de tantas otras, de ahí su enorme importancia”, agregó Schmelkes.
La académica resaltó que la malnutrición materno-infantil, que tiene que ver con bajo peso al nacer, retraso en crecimiento, emaciación, deficiencia de vitaminas y minerales, sobrepeso y obesidad, es un problema a nivel mundial con importantes consecuencias para la sobrevivencia, la incidencia de enfermedades agudas y crónicas, el desarrollo saludable y la productividad económica de individuos y sociedades.
En ese sentido, Mónica Ancira, coordinadora de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, aseveró que en nuestro país existen insuficientes acciones o programas dirigidos a resolver el problema de la doble carga de la malnutrición materno-infantil, razón por la cual urge la creación de estrategias que permitan el diseño de políticas públicas dirigidas a mejorar la salud y nutrición materno-infantil desde un enfoque de curso de vida.
La investigadora que lidera el OMI destacó que el gasto que hace México en la primera infancia es bajo toda vez que sólo se le destina 2.5 por ciento del gasto público y únicamente 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que ocupa los lugares más bajos de Latinoamérica. En comparación, dijo que Perú, por ejemplo, invierte 9.1 por ciento del gasto público total y 1.6 por ciento de su PIB.
Por su parte, la Alicia Parra Carriedo, directora del Departamento de Salud, añadió que en México persisten las inequidades en salud y nutrición que a su vez se relacionan estrechamente con la vulnerabilidad nutricional a la que se exponen las mujeres y los niños.
“Para ayudar a disminuir la brecha en estas inequidades y a solucionar los principales problemas nutricionales es necesaria la generación de evidencia epidemiológica de fácil acceso que ayude a destacar las áreas y momentos de oportunidad en donde puedan impactar las intervenciones, programas y políticas públicas de manera efectiva”, expresó.
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