El presidente Andrés Manuel López Obrador es quien más ha militarizado la seguridad en México, incluso ha alcanzado una etapa de militarismo.
México carece de una metodología de política pública clara que ayude a comprobar que hay cambios sustantivos en materia de seguridad y que la estrategia contra la violencia y masacres está funcionando, señaló Ernesto López Portillo Vargas, coordinador del Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana.
Luego de que el pasado martes 9 de noviembre de 2021, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador presidió el Consejo General de Seguridad en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, e hizo un fuerte llamado al organismo internacional a combatir realmente la corrupción, las desigualdades y la impunidad.
A través de un video, publicado en el canal de YouTube de la División de Investigación y Posgrado de la Ibero, Ernesto López Portillo dijo que la impunidad relacionada a grandes violaciones a derechos humanos siguen acumulándose por “centenares de miles” en los últimos años. “El reconocimiento de la continuación de la violencia y el aumento de la delincuencia organizada en México no están presentes en el discurso presidencial”.
Por ejemplo, dijo, no hay datos que confirmen que el programa Jóvenes Construyendo el Futuro esté solucionando el problema de la violencia entre la población joven en México.
De acuerdo con los datos recabados por el equipo de Ernesto López Portillo en diferentes diagnósticos publicados por la Ibero, el presidente Andrés Manuel López Obrador es quien más ha militarizado la seguridad en México, incluso ha alcanzado una etapa de militarismo.
Al anunciar de que se creará una empresa operada por los militares para administrar y recibir los ingresos que aporten el Tren Maya, el proyecto del corredor Interoceánico, el Puerto de Coatzacoalcos, el aeropuerto Felipe Ángeles de la Ciudad de México, y los aeropuertos por construirse en Chetumal, Tulum y Palenque.
“Este militarismo se observa al comprobar que se ha multiplicado el presupuesto militar para la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Las Fuerzas armadas influyen no sólo en temas de seguridad, sino en diversas áreas de gobierno. Se infla la función de los militares en otros espacios más allá de la seguridad”, advirtió.
Para el especialista en seguridad le parece contradictorio que, en el discurso, el presidente Andrés Manuel López Obrador diga que no es con el uso de la fuerza que se resolverán los problemas que devienen de la violencia, sino atender las causas de fondo y en los hechos se invierta más en la Guardia Nacional y la Sedena.
“El discurso político frente a los resultados son irreconocibles. La retórica política no reconoce la profundidad del problema, no reconoce la existencia y el poder de la delincuencia organizada y su colusión con el estado. El Índice Global de la Delincuencia Organizada recomienda a los estados admitir el problema para poder cambiarlo”, concluyó Ernesto López Portillo.
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