Una vez más la sociedad civil demostró estar viva y ser capaz de organizarse para externar, de manera pacífica, su desacuerdo con la línea de las políticas públicas del flamante gobierno federal.
Más allá de banderas ideológicas, pero con la exigencia común a las autoridades federales de enderezar el rumbo de la actual administración para hacer efectiva la seguridad, el empleo y trabajen en mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, miles de personas se dieron cita en el Ángel de la Independencia y las principales plazas de varios estados de la República.
Los ciudadanos que acudieron a estas concentraciones pidieron dar marcha atrás al recorte de estancias infantiles, la cancelación de programas de protección a las mujeres, los despidos masivos en las dependencias públicas federales, además de demandar efectividad en las acciones encaminadas a la seguridad que tantas víctimas ha cobrado durante los primeros meses del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se calcula que en la Ciudad de México se concentraron de 12 a 15 mil personas quienes se manifestaron sólo como ciudadanos y no en nombre de algún partido político o incluso asociaciones civiles, aunque evidentemente hubo algunos políticos que marcharon. Sin embargo, todos se unieron a la misma voz sin buscar otro fin más que hacerse escuchar por las autoridades más allá de las redes sociales y sus propios organismos.
Este ejercicio es un ejemplo de que la sociedad civil es capaz de ponerse de acuerdo para trabajar por el bien común del país, superando intereses de grupo o personales y haciéndose uno solo en la solicitud para que el gobierno cumpla con su obligación de buscar el interés superior de la nación, se cumpla con la democracia y el poder sea ejercido con responsabilidad y para el servicio de la sociedad.
Es de destacar el orden que se guardó en estas manifestaciones, toda vez que a pesar de no estar exentas de algunas provocaciones, la paz imperó en todas y cada una de las plazas en las que se llevaron a cabo.
Asimismo, en cada entidad las exigencias fueron exactamente las mismas: dar marcha atrás a las políticas públicas iniciadas por este gobierno, mayores niveles de seguridad, buscar la continuidad de varios programas que venían ofreciendo beneficios auténticos y legítimos a diversos sectores de la sociedad desde sexenios anteriores y a un manejo transparente de la actual administración.