Aunque existen diversos trabajos que ofrecen ciertos ingresos para los adultos mayores y los mantienen activos, muchos no son los adecuados para propiciar estabilidad económica, por lo que según la experta en economía, Isalia Nava Bolaños, hay una discriminación económica muy clara hacia las personas de la tercera edad.
Entre los trabajos más comunes en los que se suele ver a los adultos mayores está ser cerillitos en supermercados, en ocasiones como personal de limpieza y en general en puestos que los mantengan ocupados, más que dignificarlos y ofrecerles labores de calidad con las que también puedan obtener buenos ingresos económicos.
Isalia Nava, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a Gaceta UNAM que según la última encuesta de discriminación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2017, la mitad de las personas mayores de 60 años indicó haber sido discriminada por su edad.
Dentro de la discriminación que los adultos mayores vivieron, la discriminación económica es una de las más comunes, pues muchos dependen económicamente de sus familias, son maltratados, abandonados, despojados de sus bienes, no tienen servicios de salud y más de la mitad se considera un peso para sus familias.
“Generalmente en las edades avanzadas se presenta una discriminación múltiple por diversos motivos: la edad, que es el principal, desigualdades entre hombres y mujeres y otras raciales, así como ciertas condiciones de salud o discapacidad”, comentó la experta y recalcó que la situación que se vive en la vejez es un reflejo de cómo percibe el envejecimiento la población.
Los adultos mayores tienen mucho que ofrecer
Por otro lado, Víctor Manuel Mendoza Núñez, especialista en envejecimiento de la Facultad de Estudios Superiores (Fes) Zaragoza, indicó al mismo medio que hay un rechazo social hacia los ancianos, pero es aún peor la percepción negativa que existe en los mismos adultos mayores sobre que no pueden realizar varias actividades.
“Si bien es cierto que una persona mayor no puede hacer lo mismo que los jóvenes, no implica que no pueda desarrollarse en todas las potencialidades que se tienen de acuerdo a su etapa de vida”, afirmó Mendoza Núñez y compartió que se debe trabajar en cómo se ve la vejez desde el hogar, pero también desde la sociedad.
Víctor Manuel Mendoza destacó que se requieren políticas sociales que reconozcan el capital humano y social que son las personas de la tercera edad. “No se valora el aporte directo e indirecto de las personas en proceso de envejecimiento y envejecidas. Ellas pueden dar mucho”, recalcó el experto.
Mendoza Núñez reprobó que los adultos mayores se consideren una carga económica, social y solamente se les tenga en mente como un conjunto de enfermedades y atenciones. Además, el especialista destacó que en materia económica, el 33 por ciento de la población mayor de 60 años es económicamente activa.
Finalmente, Isalia Nava Bolaños afirmó que se deben pensar en mecanismos vinculados con la seguridad social y que puedan garantizar un ingreso digno a las personas en la vejez. “Es necesaria una diversificación de sus fuentes de ingresos, o sea, un poquito de alguna actividad laboral, un poquito de la familia, otro poquito de otro lado”.
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