De acuerdo con Alma Patricia Piñones Vázquez, secretaria de Proyectos Estratégicos del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tres de cada 10 jóvenes reportan sufrir violencia en el noviazgo, siendo la psicológica la más común, seguida de la sexual y en tercer lugar la física.
La experta de la UNAM enfatizó en que “estas agresiones son una urgencia social que debe atenderse y analizarse desde la perspectiva de género, pues está basada en la jerarquía, dominación, poder y control” y recalcó que en el mes del Amor y la Amistad se debe concientizar a la sociedad respecto a ese tipo de violencia que genera golpes emocionales y físicos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), siete de cada 10 mujeres de 15 años o mayores afirman haber sufrido alguna vulneración física o sexual por su pareja, pero solo 13.6 por ciento ha decidido acudir a una institución o autoridad a buscar ayuda, pues la mayoría creen que en las instituciones no se les brindará el apoyo necesario o se les revictimizará o ignorará.
“Si les preguntas si su pareja es violenta te dicen que no, sólo es un poquito gritón o un poquito celosa; que los cela porque los quiere”, comentó Alma Patricia Piñones y destacó que a la larga las consecuencias de la violencia en el noviazgo son baja autoestima, deserción o bajo rendimiento escolar, trastornos de la alimentación, agresiones físicas, inestabilidad emocional, embarazos precoces, entre otras.
Piñones Vázquez explicó que los jóvenes no suelen hablar de ese problema debido a que tienen miedo o no cuentan con una red de apoyo que les permita expresarlo, y como la violencia deja marcas en alma y cuerpo, los chichos prefieren aislarse, para que nadie se percate de las marcas o secuelas de esa situación.
“Es difícil decir no, no quiero, hasta aquí, no más. Si a los adultos nos cuesta expresarlo, ¿cuánto le costará a los jóvenes?”, aseveró Patricia Piñones y subrayó que es importante que ese tipo de violencia se sancione, pero es más importante que se prevenga, con múltiples estrategias que no solo sean punitivas con los chicos.
“Se requiere visibilizar la de género como un ejercicio de vulneración de derechos y, a la vez, abordar el análisis de las relaciones asimétricas, desiguales, jerárquicas, entre hombres y mujeres jóvenes, como parte del contexto de una cultura que invisibiliza o subordina mayoritariamente a ellas y naturaliza el ejercicio de los ataques en los varones”, comentó la experta y resaltó que desde que son pequeños los niños tienen que saber que no pueden ser violentados.
Finalmente, Piñones Vázquez explicó que así como se le dice a los niños que nadie puede tocar su cuerpo, también se les debe decir que nadie puede agredirlos ni maltratarlos, sin importar la relación que tengan con esas personas y recalcó que desde la UNAM están trabajando en proyectos y estrategias para que esa problemática se detecte a tiempo y se elimine.
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